Leonardo Vázquez Isen y Mayra Melo Pimentel aún eran novios cuando en 1978 decidieron montar un negocio. El padre de Mayra era propietario de una importante empresa de importación de fantasía y joyería, Importadora Melo Ortiz. La pareja escogió el mismo negocio. La primera tienda se abrió en la calle Santomé, entre El Conde y la Arzobispo Nouel, en un pequeño local de 20 metros cuadrados.
La intención era traer al país la moda de vanguardia, según explica el gerente general, Bernardo Ortega, quien trabaja en la compañía desde su fundación. «Se quería algo que fuera diferente a lo que el mercado tenía. No era mercado muy grande y había un gran espacio. Mehonca era un concepto totalmente nuevo».
«Ciudad Nueva era la zona comercial con mayor potencial continúa Ortega. Se desarrolló un estilo de negocio muy diferente al que existía hasta entonces, una moda de vanguardia que cuando llegaba al país, nosotros hace tiempo que la habíamos traído. Estábamos a la par que Estados Unidos y Francia».
Mehonca comenzó por vender joyas y lentes Ray Ban (se convirtió en el primer distribuidor exclusivo para el país de esta marca); ahora uno puede encontrar de todo. «Fuimos incorporando cada vez más productos. Se fueron creando nuevas fechas para el comercio, como San Valentín y las Madres, además de la Navidad, que es nuestro fuerte».
Había algo que llamó mucho la atención del cliente y lo capturó enseguida, dice el gerente general. «En otras tiendas se mostraba la mercancía en una pequeña vitrina, nosotros lo mostrábamos al público de forma que cualquiera se pudiera probar lo que quisiera y tocarlo y eso llamaba mucho la atención».
Así, Mehonca consiguió una clientela fiel formada por hombres y mujeres de todas las edades; y también por muchos niños. «Nos identifican, saben cuál es nuestro estilo. Eso lo hemos conseguido a través de 25 años de historia. Nos mantenemos en primer lugar en lo que a la novedad se refiere», enfatiza Ortega.
UN MERCADO QUE CRECIA
«El mercado fue cambiando y tuvimos que ir introduciendo líneas nuevas y modificando nuestra política. La competencia aumentaba y veía lo que era nuestro espíritu de venta. Se inspiró en nosotros y nosotros tuvimos que buscar otras alternativas, siempre con la visión de ser los pioneros en tener la moda más actualizada. Siempre ha sido nuestro estilo de negocio: lo que nadie tiene, nosotros lo introducimos al país y lo ofrecemos como una novedad».
El local de la Zona Colonial se amplió en dos ocasiones para convertirse en una tienda mucho más grande. Después, fue necesario abrir una primer sucursal, en Plaza Dorada, en el ensanche Piantini. «El Conde se convirtió en peatonal y ya era más difícil llegar hasta esa zona y conseguir parqueo. Los clientes empezaron a quedarse en otras zonas. Llegan las plazas en detrimento de las zonas comerciales tradicionales. Nosotros teníamos también que ir en la misma dirección y llegamos a Plaza Dorada». Después llegó el establecimiento de Diamond Plaza que más tarde se trasladó a Diamond Mall. «Nuestras tiendas siempre se han planteando con un mismo estilo, pero desde luego que los públicos son muy diferentes. En esas tres tiendas hay tres blancos completamente diversos. Y eso se nota, porque incluso algunos tipos de mercancía van para tiendas diferentes. Eso sí, los precios son los mismos».
Y es que en Mehonca se pueden encontrar productos (que son importados principalmente de China, Estados Unidos y Panamá) de muy diferentes calidades y precios. «Desde unas perlas de Mallorca con garantía de 10 años, a la mejor plata italiana; pero también tenemos ‘goldfield’ o plata ligada con otro metal. Pero si usted quiere fantasía, también la va a encontrar. Todo depende del precio que usted quiera pagar. Puede encontrar de todo y siempre con el mejor precio del mercado». En ese aspecto, Mehonca sí cuida su política. «Estamos continuamente observando a nuestra competencia para saber qué precio debemos tener. Aún a veces nosotros tengamos que ceder, no sólo del beneficio, sino hasta del costo del producto. Lo hacemos para mantenernos en el mercado».
El proyecto más importantes de la compañía ahora es la nueva tienda abierta en El Conde, en el número 460, que se inauguró en agosto pasado sobre una superficie de 215 metros cuadrados, lo que la convierte en la más grande de todas. ¿La razón de esta nueva apertura? En realidad hay dos razones. La primera, explica el gerente general, «la existencia de una competencia sumamente alta, que nos está siguiendo los pasos y que está en esta calle». La segunda, la intención de enfocar el negocio hacia el turismo, convirtiendo una parte de la tienda en un ‘gift shop’.
«Hasta ahora comenta Ortega éste es el proyecto más importante. La situación económica no está ayudando al comercio; teníamos intención de abrir en Megacentro, pero no pudimos, porque el costo del alquiler en dólares es sumamente fuerte. Ahora preferimos mantener lo que tenemos. Y abriremos cuando sea necesario».
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