El precandidato a síndico del Distrito Nacional por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Rafael Suberbí Bonilla (Fello) ostentaba ese cargo mientras me desempeñaba como encargado de la unidad de emergencia de la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia y en esa época, como muchas otras, el hospital tenía numerosas necesidades de equipos, materiales, recursos humanos y mantenimiento y ello incluía el entorno de la unidad que estaba penosamente deteriorado.

Buscando mejorar el área para favorecer el saneamiento e higiene, previa anuencia del director, se me ocurrió visitar al síndico capitalino para solicitarle el favor de pavimentar con asfalto el terreno circundante de la emergencia. No olvidé nunca el tono burlón en que el alcalde Fello me negó la petición, diciéndome: ¿Pero muchacho, tú sabes cuánto cuesta un metro de asfalto? Y me ofreció enviar trabajadores a recoger la basura porque era lo que le costaba menos al cabildo, lo cual rechacé porque el funcionario estaba ofreciéndome algo que tenía que dar como obligación legal del Ayuntamiento.

Estoy casi 100% seguro de que Fello no recordará el encuentro ni le dio importancia a una petición que apenas le distrajo 5 ó 10 minutos de sus ocupaciones; por eso esta colaboración tiene en su título la expresión “memorándum”, porque con su actitud, a través de mí, perdió la oportunidad de colaborar con la maternidad de las pobres y cerró la posibilidad de que ahora recordáramos su solidaridad y nos pareciera buen candidato para repetir en esa posición.

Las próximas elecciones se perfilan como muy reñidas y si lo ocurrido conmigo era un estilo frecuente en Fello, probablemente le faltarán votos decisivos en los conteos.