Los pequeños mercados que funcionan en el Distrito Nacional, a excepción del ubicado en Villa Consuelo, operan en condiciones de insalubridad causada por la proliferación de basura y aguas residuales.
Mediante un recorrido, el panorama es el mismo, vendedores en total hacinamiento, rodeado de aguas residuales, en muchos casos ligada con sangre de la misma carne que se exhibe al público, así como de vertederos que ellos mismos improvisan.
En esa situación se desenvuelven los mercaderes que ocupan la calle 41 del barrio Cristo Rey, entre la Nicolás de Ovando y San Juan de la Maguana.