La salida del sol no fue razón su suficiente para que la gente retornara a sus casas tras la llegada del año nuevo. En un amplio recorrido de reporteros del HOY por el Gran Santo Domingo se constató cómo en los barrios, sobre todo en los más populares, la fiesta de recibimiento al 2018 seguía corrida casi entrada la tarde del primer día del año.
Aunque en la mayoría de los barrios reinaba la quietud, no faltó la gente que sentada frente a casa en la típica silla plástica y al lado una botella de cerveza, contemplaba el progreso de la mañana.
En sectores tan populares como La Ciénaga y Los Mina, la parranda de año nuevo seguía como el primer gandul. Colmadones, barras, los denominados drinks o tiendas de bebidas, con su música a alto volumen amenizaban a las decenas de personas que desafiaban el sueño y las horas. El ambiente era de alegría.

Allí la gente no paraba de bailar en algunas locaciones a son de salsa y merengue, en otras a ritmo de reguetón y dembow.

Mayoría de esos que decidieron esperar la luz del día en la calle, eran jóvenes.
La basura, especialmente botellas de todo tipo de bebidas, adornaban el entorno de estos lugares de esparcimiento.

En Santo Domingo Oeste, especialmente en el sector Manoguayabo, se observaban algunos establecimientos de entretenimiento, entrado el mediodía; la fiesta parecía estar en su mejor momento.
Pero no todos los que estaban en la calle amanecieron en ella. Así lo hizo saber el señor José Manuel Campusano, quien aseguró en la noche se acostó temprano porque dice, no le gusta estar en el medio para esta fecha. “La cosa está difícil y a cualquiera lo atracan”, contó. Tan pronto amaneció fue a la esquina de costumbre, donde se reunió con sus conocidos.
En el ensanche La Fe el ambiente lucía desolado. Mientras que en algunas arterias de Villa Juana, especialmente en las calles 21 con Mauricio Báez y María Montez con Tunti Cáceres seguían en ánimos de festividad, con algunos lugares de expendio de bebidas alcohólicas que permanecían con sus puertas abiertas de corrido.