Metro con signos de decadencia

Metro con signos de decadencia

Mientras brota la euforia por las pruebas a que se somete al Teleférico, en las instalaciones del Metro de Santo Domingo asoman signos de decadencia y abandono. Aparte de que se está dejando sentir la falta de vagones para poder cubrir la creciente demanda, algunas estacione lucen deterioradas, con signos de falta de mantenimiento regular. En algunas no funcionan las escaleras eléctricas, en los vagones se ha ido quebrantando el orden que caracterizaba el servicio en sus inicios y la vigilancia de seguridad se ha relajado.
Las obras de la segunda línea que se realizaban con prisa para enlazar Santo Domingo Este con la parte occidental están paralizadas y ya no se ve el movimiento de maquinarias y personal. Parece que el empalme, que entusiasmó a los habitantes de la zona oriental de Santo Domingo, ha sido relegado a segundos planos, mientras se atiza la terminación del Teleférico. Y de todas estas ocurrencias ninguna autoridad dice esta boca es mía.
La meta para 2018 debería ser mejorar sustancialmente la calidad del transporte de pasajeros, reforzando la capacidad operativa del Metro con la conclusión de la línea dos, y terminar el Teleférico para que entre en servicio cuanto antes. Los ciudadanos necesitan que esas alternativas de traslación sean puestas a trabajar al máximo y que las instalaciones del Metro sean atendidas.

Lajun de nuevo en la palestra

El Estado dominicano parece en vías de ser demandado por la empresa Lajun a través de uno de sus accionistas, que reclama la friolera de US$300 millones por alegado perjuicio de expropiación ilegal de inversiones en el vertedero de Duquesa. Esta ocurrencia debería ser aprovechada por el país para poner en claro la soberanía del Estado dominicano sobre los terrenos que la firma que fuera operadora de Duquesa reclama como suyos.
El Estado ha hecho poco por desenmascarar las operaciones que han dado lugar a que la empresa que operó Duquesa invoque derechos de propiedad que no ha demostrado. Debería actuar aunque tenga que salpicar a algunas figuras que maniobraron para que el reclamo que se hace ahora fuera posible. El momento es propicio para demostrar que se quiere transparencia.

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