Mi amiga la memoria

Mi amiga la memoria

En el cerebro suceden y se originan casi todas las posibilidades que ven desde el placer, el dolor, las emociones, los traumas, las vivencias, la depresión, etc. Diría que allí descansa el desarrollo y la terminación de la vida. La neurociencia, la neurolingüística y la neurobiología nos ayudan a evaluar y estudiar las enfermedades neuropsiquiatría que se dan en el cerebro y se proyectan con una sintomatología por todo el cuerpo. Pero la memoria reúne cualidades que ayudan a vivir la cotidianidad; pero también nos ayuda a conciliar el pasado, nos hace transitar la vida recordando lo bueno y lo malo, el dolor y el sufrimiento, el placer, la nostalgia, la felicidad y la infelicidad. Mi amiga la memoria nos lleva, nos dirige, nos auxilia y nos prepara para evitar cometer los mismos errores, los tropezones de siempre, pero también nos ayuda a vivir los buenos y sanos recuerdos.
Gracias a la memoria almacenamos todo lo acontecido de la vida o casi todo. Amén del tipo de memoria, ya sea a corto plazo, memoria de trabajo, la semántica, episódica, implícita, etc. La función principal sería de almacenamiento, de registro, de recuerdo de la información que será memorizada. Sin embargo, la memoria de trabajo es la que más le preocupa a las personas: es aquella que nos permite mantener la información por un corto tiempo, sostener el sentido de una conversación que involucre varias personas. Pero esta memoria depende de mucho de la atención, la concentración, es decir, del recurso cognoscitivo entre hacer una tarea y mantener al mismo tiempo la atención a otra cosa, y recordar lo que se hace. Mi amiga la memoria ayuda y nos presenta la película de la vida histórica, política, social, de cada época o periodo donde se dieron acontecimiento vividos o leídos, pero nos ayuda a reflexionar sobre la verdad, la mentira, lo oculto, la máscara y la miseria humana del nuevo hombre social. La memoria, mi amiga, nos trae al recuerdo los buenos momentos de la vida, del goce, el placer, el fluir hacia el bienestar y la conquista.
También, la memoria nos pone en apuros cuando nos trae los episodios traumático, dolorosos, de forma tan cercana y tan real que nos da pánico, temores, miedo, deseos de llorar y guardar silencio. Pero angustia cuando nos damos cuenta que la memoria no traiciona o nos empieza por no recordar los acontecimientos ocurrido de apenas minutos o segundo. Los neurólogos, psiquiatras, geriatras, evaluamos la memoria, pero también las personas, las familias viven y se dan cuentan de estos déficit cognitivo leve que se dan en esa pérdida de memoria reciente – ejemplo- no recordar a que se fue a la nevera, para que llamé a esta persona, de forma recurrente, nos obliga a cuidar o ponerle atención a la memoria. Sin embargo, cuando esos olvidos se dan el trabajo, la casa, en la vida social, o en no recordar los nombres de las personas, lugares, dejar estufa prendida, la nevera abierta, el televisor encendido, o la confusión para organizar el día o mantener una agenda con fecha, prioridades, entonces, la memoria, mi amiga ha empezado a presentar problemas.
Hay que cuidar a nuestra amiga la memoria: leer, escuchar música, hablar con personas, hacer ejercicios, dormir y descansar, alimentarse de forma sana, evitar fumar, drogarse o tomar mucho alcohol; consumir la vitaminas B y los minerales, pero también, reír, vivir muchos momentos de alegría y de amor.
Para su cómplice la memoria, visite los lugares de origen, donde su niñez y adolescencia se expusieron de forma espontánea. Converse con sus amigos de vivencias, los compañeros de trabajos, camine y transite por las calles y lugares que una vez fueron su cotidianidad. Allí mi amiga la memoria encuentra trabajo, recuerda, sueña, reflexiona, lo pone en contacto con lo emocional, el bienestar y la felicidad, por nuestra amiga la memoria.

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