MICHAEL PINEDA Evita ser ponchado por el idioma

MICHAEL PINEDA Evita ser ponchado por el idioma

Cuando el abridor de los New York Yankees Michael Pineda aplicó alquitrán a su cuello en el Fenway Park hace tres años, bien pudo haberse puesto también un letrero que rezara «Golpéenme».
Lo extraño del evento, combinado con la enormidad de la rivalidad Yankees-Medias Rojas, provocó su expulsión (y una suspensión por 10 encuentros) y a trascender más allá de los deportes, incluso convirtiéndolo en tema de discusión en programas como «Good Morning America». Todos parecían tener algo en contra de Pineda.

Muchos pensaron en Pineda como una figura unidimensional, obviando el hecho que era un joven pelotero dominicano tratando de entender un idioma y cultura foráneas para él.
Lo que realmente condujo a Pineda a vivir esa noche tan embarazosa para él en Boston es mucho más complicado de explicar.

Hoy en día, Pineda apunta su dedo acusador a sí mismo, al igual que lo hizo en un extraño intercambio con los medios de comunicación, conducido en inglés, idioma que aún está aprendiendo.
Pineda no culpa a la barrera del idioma o a sus entrenadores. Fue su responsabilidad, dice.
Esta formidable historia sigue en la página 4B.

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