Michel Bizet celebra la Madre Tierra

Michel Bizet celebra la Madre Tierra

El Día de la Tierra ha sido celebrado, enfáticamente y como se debe en las circunstancias actuales, por Michel Bizet, artista oriundo de Francia con veinte años en la República Dominicana.
La apertura de su exposición, desplegada en el Museo de las Casas Reales y la Capilla de los Remedios, contó con una asistencia insólita… tan numerosa que hacía difícil la contemplación de los cuadros.
El artista tituló su muestra “Pachamama”, la Madre Tierra, fuente de vida y sujeto de devoción para las poblaciones amerindias.
La exposición. En los dos espacios, y siendo la Capilla de los Remedios un lugar excelente, se suceden pinturas que conjugan la variedad y la coherencia, la fogosidad y la paz.
Michel Bizet había preparado metódicamente y con entusiasmo esta muestra antológica, integrando obras anteriores con sus nuevas pinturas inéditas, una visión planetaria y metáfora del globo terrestre. Ese círculo mágico, donde el número de oro se funde con el mandala, el artista lo situa, en suspensión celestial o reflejado en el agua, otra fuente de vida.
El resultado enseña un conjunto definido, y observamos cómo Michel Bizet ha llevado sus investigaciones, con una paleta densa, desde áreas contrastadas y casi austeras hasta acordes de colores brillantes, con un cromatismo ascendente que no deja de evolucionar. La pintura suele despedir una energía luminosa, la materia, aplicada con espátula, se alía con el gesto. Acentos y ritmos se pluralizan, cuales sean los formatos de los cuadros que pueden alcanzar una dimensión imponente de casi murales.
Hubo un período de polípticos que seguimos encontrando aquí: su dominio de la secuencia de paneles ha sido un aporte notable en la aprehensión del espacio por el artista. No obstante, hoy, Michel Bizet, en sus variaciones de la tierra, privilegia el soporte único.
El artista ha profundizado y depurado su estudio del impresionismo abstracto —concepto y práctica—, que se expresa hasta en las telas más pequeñas. Ahora bien, con la irrupción del círculo terrestre, tema y figura, la geometría sensible ingresa a sus composiciones. Pasamos de la deconstrucción a la construcción.
También, esta pintura, apasionada siempre, puede acoger el expresionismo lírico, en lienzos espectaculares que consideramos alegorías vegetales y minerales. Por cierto, el artista, ahora instalado en su taller de las Terrenas en plena naturaleza, no descansa en su ímpetu pictórico, pero agrega a la búsqueda y emoción personal una codificación del color.
La experimentación de Michel Bizet no se limita a la pintura: desde hace varios años, se interesó en la tercera dimensión, de construcciones casi monumentales a transparencias frágiles.
Se nos ocurre que, con su temática de la tierra y los elementos de la creación, él podría llegar a una versión escultórica.
Quien sabe… las inquietudes del “hacedor” son impredecibles.

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