Mientras más las conozco, más me asusto. A cada propuesta le sigue una peor. Cual si fuéramos máquinas, los empresarios pretenden que demos demasiado a cambio de nada. Cada cual en su sector, quieren hacer del trabajo un botín y de los empleados bienes de explotación.
Sólo así se puede entender la propuesta de los Contac Centers: modificar la jornada laboral para que se extiendan los horarios oficiales de los sectores particulares sin que se vea afectada con una carga económica adicional. ¿Traducción? ¡Qué no se paguen horas extras!
Ellos también quieren que se estipule como causa de despido cualquier actuación considerada como negligencia en el servicio, como colgar las llamadas sin justificación y de forma repetitiva; y que los días no laborables no sean los mismos para todos los trabajadores, ya que existen muchas empresas que trabajan los fines de semana con horarios extendidos.
En torno a los horarios lo que pide la Confederación Patronal es una oda a la neo-esclavitud: pretende que las empresas de funcionamiento continuo puedan tener jornadas de hasta 12 horas diarias y 56 semanales, pagando horas extras sólo después de las 48 horas; y que el máximo de horas extras se puedan aumentar a 195 trimestrales, en lugar de las 80 de ahora. ¿Quieren más? Para “fomentar” el primer empleo aspiran a poder contratar a jóvenes sin experiencia estableciendo contratos de dos años que pueden terminar sin ninguna responsabilidad.
Así las cosas, la cesantía no es el único tema a revisar. Es mucho lo que se juega. Mientras, los sindicalistas no proponen nada y sólo resabian.