El economista Miguel Ceara Hatton se preguntó ayer para qué se realizará una reforma fiscal si no van a modificar los impuestos.
Mientras, Nelson Súarez consideró que se puede hacer una reforma fiscal sin aumentar los tributos, pero que depende de los objetivos que se plantee en la misma.
Ceara Hatton entiende que no es inevitable una reforma fiscal, tanto así que lo planteado por el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, en el sentido de que esta no aumentará los impuestos, es una evidencia contundente de que no se necesita.
“Yo lo que creo es que el gobierno lo primero que tiene que hacer es una revisión del gasto con mucho detalle, renglón por renglón, al mayor nivel de detalle posible y tener un debate público de cómo se está gastando el dinero”, dijo.
Expresó que después que se evidencie que se está gastando bien y se transparente la información, el gobierno puede hablar de hacer pacto fiscal.
“¿Cómo vamos a hacer un pacto fiscal si ni siquiera sabemos cuántos empleados públicos hay? ¿Cómo puede haber un pacto fiscal si no tenemos los estados financieros de las distribuidoras eléctricas?”, se preguntó.
Manifestó que le parece absurdo y politiquería hablar de que habrá un pacto fiscal sin variación de los impuestos.
Entiende que el Estado puede, sin necesidad de un pacto fiscal, revisar administrativamente su estructura de gastos y legitimar su uso.
“Yo no estoy hablando de bajar el gasto, estoy hablando de establecer prioridades y de gastar mejor”, dijo.
Comentó que lo que gastó el Estado en publicidad en la campaña política pasada era dinero más que suficiente para que cada día se construyeran tres casas de acogida.
Indicó que que todavía se habla de nóminas y nominillas en el Estado, mientras las remuneraciones aumentaron en promedio un 20% en los últimos tres años.
Antes de hacer un ajuste tributario, el Estado tiene que demostrar que es capaz de administrar bien los recursos y gastar bien, planteó. “¿Para qué le vamos a dar dinero a un Estado que está lleno de filtraciones? ¿Cuál es la legitimidad? En la campaña electoral todos los indicadores de gastos se dispararon”, señaló.
Calificó como una tontería la propuesta de la directora de Proindustria, Alexandra Izquierdo, de hacer una reforma fiscal transitoria, pero se preguntó qué garantía existe que ese dinero se usará bien.
Ese dinero adicional, afirmó, podría destinarse para pagarles en clientelismo a los partidos que apoyaron la reelección del presidente Danilo Medina.
“No hay espacio para ninguna reforma fiscal hasta tanto no haya una claridad en el uso del dinero”, reiteró.
De su lado, Suárez señaló que se debe definir para qué el gobierno quiere una reforma fiscal, y establecer los puntos que hay que poner sobre la mesa.
“Una reforma fiscal puede procurar mayor simplificación del sistema tributario, más ingresos para cubrir las obligaciones del Estado, ampliación de la base tributaria, revisar las exenciones y desgravaciones, hacer competitivo los sectores productivos en relación con los sistemas tributarios de los países con los que competimos en el mercado internacional, establecer reglas fiscales sobre los niveles y estructura del gasto, los ingresos y el endeudamiento del gobierno”, señaló.