Miguel Vargas reforma Cancillería

Miguel Vargas reforma Cancillería

Ubi Rivas.

Cuando el presidente Danilo Medina dispuso designar Canciller al ingeniero Miguel Vargas, además del horcón que significó el segundo en el proyecto reeleccionista del primero, es posible que el gobernante identificara el rol empresarial que más que político, resulta un aval inherente a su condición de constructor e inversionista.
Viene por la genética al Canciller su decantación por el mundo financiero, y es precisamente en ese litoral que más requiere el presidente Medina a un elemento que dinamice, organice y promueva el abanico de ofertas que dispone el país en función de providencias suculentas que reditúen en renglones de exportaciones.
En esa cosmovisión, el Canciller Vargas recién culminó un periplo que cubrió algunos países de Europa y llegó hasta la casa de Gobierno de Ankara, donde intercambió con el dictador Reyep Tayyip Erdogan, cubriendo Centro América y final, Washington, y en esos escenarios, formuló propuesta de la cornucopia que podemos ofrecer.
En ese escenario, es lógico que el Canciller Vargas, con la asesoría de un zorro conocedor del espectro agropecuario como es el vicecanciller para Políticas Exteriores, el veterano comunicador César Medina, asesorará correcto al Canciller a escoger a un equipo de economistas y periodistas para uncirlo al elenco de embajadores y cónsules, que realicen el propósito del presidente Medina de “vender” todo cuanto producimos.
Reducir embajadas y consulados no redituables para los intereses dominicanos resulta parte de modernizar la Cancillería, y aplicar la concurrencia de embajadas por ejemplo en Centro y Sur América, y cónsules y vicecónsules a granel en Nueva York, Miami, Boston y Filadelfia, ahorrando presupuesto aplicable al nuevo personal calificado para el propósito que nos ocupa y preocupa.
Hay un reto, más que político, empresarial, y el Canciller Vargas supera lo segundo, sin desmedro de lo primero.