Militares

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Cuando el presidente Antonio Guzmán jubiló a Enrique Pérez y Pérez, el general mantuvo una fuerte hegemonía, puesto que muchos de sus seguidores mantuvieron su rango y continuaron en la cima de los institutos castrenses. Los generales Manuel A. Cuervo Gómez, Ramiro Matos González, Héctor García Tejada, José Ernesto Cruz Brea y Joaquín Pou Castro permanecieron en servicio activo y alcanzaron puestos de importancia dentro de las Fuerzas Armadas, incluyendo la dirección de los institutos castrenses y la jefatura de Policía.
Otros seguidores de menor trascendencia, pero de estrecha cercanía con Pérez y Pérez, fueron puestos en retiro: general de brigada López Pérez, y los coroneles Ursino Guzmán Liriano, coordinador operativo del grupo terrorista La Banda. Polanco González (el famoso Polanquito) e Inirio Pérez Naut. Los generales Cuervo Gómez, Matos González y García Tejada llegaron a secretario de las FF.AA, mientras que Cruz Brea fue jefe de la Policía. Pou Castro mantuvo el grado de general hasta que fue implicado en el asesinato del reputado periodista Orlando Martínez Howley.
Fue el hoy presidente del grupo político Alianza País, Guillermo Moreno, cuando ocupaba el cargo de Fiscal del Distrito, que instrumentó los cargos contra el grupo de militares que participó y fueron condenados por el crimen contra el comunicador. Pérez y Pérez y el Dr. Joaquín Balaguer fueron mencionados en la acusación, y se llegó al extremo que el ayudante del Fiscal, Castillo Pantaleón, amenazó con interrogar sobre el caso al líder reformista.
En el segundo ciclo de su gobierno, iniciado en el año 1986, tres días antes de las elecciones presidenciales (13 de mayo de 1996), Balaguer reactivó a Pérez y Pérez y lo designó jefe de la Policía, decisión que fue sistemáticamente criticada por los diferentes sectores de la vida nacional. El nombramiento tuvo vigencia durante apenas 27 días, ya que el 10 de junio del mismo año, se derogó el decreto de la designación del gendarme. Dos meses y medio después, a fines de octubre del mismo año 1996, el presidente que sucedió a Balaguer, el Dr. Leonel Fernández, de nuevo jubiló al militar.
Después de la revuelta de abril de 1965 y la llegada de Balaguer al poder, en julio del año siguiente, las fuerzas de San Isidro se dividieron en dos categorías: los que permanecieron leales al jefe del CEFA, y los que transfirieron su lealtad al nuevo gobernante. Algunos wessinistas fueron encarcelados y vigilados de manera constante, mientras que cuatro de sus seguidores más feroces Elio Osiris Perdomo, Valdez Hilario, Beauchamps Javier y Chinino Lluberes Montás le dieron la espalda e hicieron causa común con Balaguer.
Perdomo Rosario, que sustituyó a Wessin en la dirección del CEFA, fue jefe de los Ayudantes Militares del Presidente y jefe de la Policía; Valdez Hilario fue jefe del Ejército y embajador en Haití; Beauchamps Javier llegó a la secretaria de las FF.AA, y el mayor agraciado fue Lluberes Montás, que con el rango de teniente coronel fue elevado a jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana con grado de mayor general.
Otros militares estrechamente vinculados a Wesssin, antes de jurar lealtad a Balaguer, además de Cuervo Gómez y Matos González, fueron Teófilo Romero Pumarol, Pedro Medrano Ubiera, Héctor Valenzuela y Jesús Manuel Mota Henríquez, primer jefe de los Ayudantes Militares del presidente Guzmán.
Cuando el gobierno de Guzmán anunció los miembros del gabinete la mayor sorpresa surgió con la confirmación del contralmirante Ramón Emilio Jiménez Reyes, en el cargo de secretario de Relaciones Exteriores. La decisión de mantenerlo resultó beneficiosa para la imagen internacional del país, ya que el alto militar jugó un papel preponderante como representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la solución del conflicto nicaragüense. El gobierno de Colombia lo nominó para la posición de secretario del organismo internacional, en cuyas votaciones quedó en segundo lugar, superado por el argentino Alejandro Orfila, que repitió en el cargo.
Después de cuatro años y medio en el puesto, Jiménez Reyes renunció y fue sustituido por Emilio Ludovino Fernández, que con el cargo de coronel activo estaba como agregado militar en Roma.

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