Desde el 2012 hasta el 2016 el número de trabajadores ocupados perceptores de ingresos por rama de actividad económica aumentó 541,312 unidades (14,17%) en República Dominicana, como resultado neto de una bajada conjunta de 4,540 (9,44%) puestos laborales en minas y canteras y en electricidad, gas y agua, y una subida de 545,852 (14,47%) en los demás ramos productivos.
De acuerdo a un informe preparado por el economista Luis H. vargas, en ese periodo la rama de electricidad, gas y agua subió en total 3,817 plazas de trabajo, tras escalar 12,520 en 2012/2011 y decrecer permanentemente de manera tendencial desde -8,475 en 2013/2012 hasta -2,891 en 2016/2015; diferente a la de minas y canteras, cuyo volumen resultante de -8,357 trabajadores derivó de una dinámica bajista constante de -2,783 a -2,364 con pico de 2,284 en 2015/2014.
Vargas explica que en el anterior quinquenio, la tasa de crecimiento promedio de la Población Económicamente Activa Ocupada Perceptora de Ingresos (PEAOPI) rondó 3,22%, incluyendo la de 5,81% de minas y canteras, 4,99% de electricidad, gas y agua y, sobre todo, 3,23% de las otras ramas de producción de bienes y servicios mercantiles.
Indica que los volátiles cambios relativos de contrataciones formales e informales de mano de obra registrados por los sectores productivos de Energía y Minas se han relacionado, en gran medida, con altas tasas de inversión en equipos, maquinarias, y construcciones de plantas fabriles, así como de expansiones o contracciones de los mercados interiores y exteriores.
Agrega que por ejemplo, en 2012/2011, tanto minas y canteras como electricidad, gas y agua empinaron el empleo, respectivamente 18,18% y 23,66%, a causa de cuantiosas inversiones en edificación; distinto en 2016/2015 en que hubo procesos de desinversión de capitales acompañados de restricción de los mercados de bienes y servicios.
Señala que en términos de composición relativa, en los últimos cinco años, la media de la PEAOPI se compuso 0,32% en minas y canteras, 1,01% en electricidad, gas y agua, vale decir 1,33% en ambos casos y un restante 98,67% acreditado a las demás ramas de producción económica.
Destaca que es evidente entonces que ni minas y canteras ni electricidad, gas y agua cuentan con suficiente capacidad para multiplicar el número de empleos, en especial formales, a la economía y mercado del país, entre otras razones por la altísima gravitación del capital con respecto al trabajo en los procesos de acumulación y valorización de las corporaciones mineras y energéticas.
Añade que por igual, la estructura de las contribuciones de las variaciones relativas de las poblaciones activas ocupadas perceptoras de rentas laborales por ramas productivas al crecimiento porcentual de la mano de obra total revela que tanto Minas y Canteras como Electricidad, Gas y Agua apenas inciden de forma insignificante, ya sea por participación mínima o aportación negativa.
Por caso, entre 2012/2011 y 2016/2015, la rama de Electricidad, Gas y Agua aportó tan sólo 0,71% a todo el acrecentamiento de la cantidad de las ocupaciones laborales; mientras que Minas y Canteras declaró una contracción de -1,54%, a raíz de la disminución absoluta de la plantilla de trabajo en procura de reajustar por el lado de los salarios y, por consiguiente, remontar los márgenes de rentabilidad en el valor agregado y precio final.
En general, en el lapso de 2009 a 2016, la PEAOPI representó en promedio el 42,10% de la Población Total (PT), el 47,36% de la Población en Edad de Trabajar (PET) y el 83,97% de la Población Económicamente Activa (PEA), con una acentuada tendencia de elevación de la participación de dichos empleados remunerados.
Esta curva ascendente de la PEAOPI en tales categorías poblacionales se confirma claramente mediante su ascenso de 37,52% a 46,49% en la población global, de 44,83% a 49,68% en la población de 10 años y más en edad de trabajo y de 83,35% a 85,29% en la población activa.