JERUSALEN (AP).- El ministro de defensa israelí dijo el domingo que los líderes de grupos islámicos violentos pueden ser asesinados, luego que uno de tales dirigentes amenazara con secuestrar a soldados del estado judío.

Shaul Mofaz efectuó la amenaza en respuesta a una declaración del líder espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yassin, que expresó que su organización está haciendo todos los esfuerzos para secuestrar a soldados israelíes.

«Las declaraciones de Yassin sólo enfatizan la necesidad de atacar a los líderes de Hamas y la Yihad Islámica», dijo Mofaz en la reunión semanal de gabinete realizada el domingo, de acuerdo con un funcionario israelí presente en el encuentro.

Las palabras de Mofaz y Yassin amenazan con agravar aún más la ya tensa situación.

La semana pasada Israel mató a ocho palestinos en la Ciudad de Gaza, mientras un atacante suicida palestino mató a 11 personas en Jerusalén. Hamas se atribuyó la responsabilidad del ataque, un día después que había hecho lo propio la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, ligada al movimiento Fatah de Yaser Arafat.

El domingo se celebró una festividad musulmana, y no fue posible contactar a los oficiales de Hamas para que efectuaran comentarios sobre los comentarios de Mofaz.

Durante más de tres años de violencia, Israel ha realizado numerosos ataques limitados que apuntaron a líderes de Hamas y la Yihad Islámica, provocando con frecuencia una respuesta violenta.

En septiembre pasado, Yassin pudo escapar de un ataque aéreo israelí en la Franja de Gaza.

Pero Israel ha reducido de manera importante los operativos de muertes selectivas en los últimos meses.

Hamas es responsable de decenas de ataques suicidas en los últimos tres años. Gracias a las medidas de seguridad israelíes, muchos intentos de ataque fueron frustrados hasta que una mujer se inmoló y mató a cuatro israelíes en un puesto de inspección de Gaza-Israel, el 14 de enero pasado.

Las declaraciones de Yassin pidiendo el secuestro de soldados israelíes, tuvieron lugar un día después que Israel liberó a 400 prisioneros palestinos como parte de un intercambio con la guerrilla libanesa Jezbolá. A cambio recibió los cadáveres de tres soldados y a un empresario que mantenía cautivo el grupo.

Mientras tanto, soldados israelíes a bordo de jeeps y un tanque allanaron el domingo por primera vez en varios meses la ciudad bíblica de Jericó, matando a un militante palestino armado y forzando a numerosos residentes a permanecer en sus viviendas en el comienzo de la festividad musulmana de Eid al-Adha.

Fuentes militares que hablaron a condición de mantener sus nombres en el anonimato dijeron que la tropa había ingresado en la ciudad para efectuar una operación limitada con el fin de arrestar a fugitivos que planeaban un ataque.

Los informantes expresaron que los soldados habían rodeado una casa donde se escondía una cantidad no determinada de militantes. Las fuerzas fueron atacadas a disparos en varias oportunidades, por lo que los soldados también dispararon, dijeron las fuentes.

Dos militantes islámicos resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital, mientras que un tercero falleció. El ejército dijo también que hubo cuatro arrestos.

No se registraron víctimas israelíes, y el ejército se retiró en la tarde. Tres viviendas fueron destruidas, dijeron los palestinos.

El militante muerto fue Shadi Jaradat, miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que aparentemente se había refugiado en Jericó. Fuentes de seguridad israelíes dijeron que Jaradat, de 23 años, planeaba un ataque en Israel.

La redada israelí tuvo lugar en momentos en que el gobierno reivindica un mayor apoyo internacional a su posición de que un tribunal internacional no tiene autoridad para decidir la legalidad de la barrera de seguridad que está construyendo en Cisjordania.