Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
La sensatez llegó a la Junta Central Electoral. Esa fue la primera impresión que tuvimos cuando nos enteramos de su decisión de dejar sin efecto el proyecto de resolución para regular el rol de los medios de comunicación en las campañas políticas electorales.
Pensamos que de ese modo se despejaron de la mejor manera los temores de graves conflictos constitucionales que amenazaban el panorama de los derechos ciudadanos en el país.
Como todo el mundo sabe, puesto a discusión en el seno del pleno de la Junta, después de haberse sometido a vistas públicas para conocer los puntos de vista de la ciudadanía, el aludido proyecto de reglamento fue objetado por la mayoría de los jueces electorales. De ese modo, pensamos, se volteó una página conflictiva para dar paso a la necesaria armonía en una institución tan sensible como lo es la Junta Central Electoral.
Pero ¡qué lástima! que, después de haber dado ese paso, la Junta emitió en la tarde de ayer una declaración insenzata y desafortunada que da a entender que actuó como lo hizo bajo presión de los medios de comunicación, y que este pueblo no está maduro ni preparado para darse el lujo de contar con una Junta tan superior como esa.
Se ha anunciado, por otra parte, que el próximo sábado la JCE se abocará a conocer su otra propuesta, la que prohibe hacer propaganda política antes de que se declare abierta oficialmente la campaña electoral. Sobre este particular, nos parece muy atinada la idea externada por el secretario general del Partido Reformista Social Cristiano, Víctor Gómez Casanova, de que, simplemente y sin darle mas vueltas al asunto, la Junta declare ese mismo dia abierta la indicada campaña, y san se acabó.
A problemas difíciles y complicados hay que aplicarles soluciones fáciles y simples. Y no andar buscando culpables, sino asumiendo cada uno el rol que le corresponde.
Este es uno de esos casos.
