“Mis padres me enseñaron a ser empresaria y esposa”

“Mis padres me enseñaron a ser empresaria y esposa”

Ella es una apasionada de la gastronomía, del buen comer y el buen beber, sobre todo de una mesa “bien montada”. Es lo que se podría definir una sibarita en toda la extensión de la palabra.
Cecilia Carballo de Álvarez, una empresaria a tiempo completo, creadora de La Table Dècor, es madre de José Antonio, Beatriz y Rodrigo, y esposa de José Antonio Álvarez.
Se describe como una mujer dinámica, luchadora, que no puede estar tranquila: “Me gusta agradar a las personas y soy multifacética”, dice sonriendo.
Nos recibió en su tienda para hablarnos sobre su trayectoria en el mundo de las vajillas, copas y cubertería, que tanto ama.
Cuenta que esta pasión inició cuando ella, todavía con menos de diez años de edad, se iba a trabajar con su padre, don Pepe, un español que llegó al país en 1946. Él empezó su negocio solo de importación de artículos para el hogar y a ella le encantaba estar rodeada de los productos más bellos y delicados.
“De hecho, la empresa que fundó en el año 69 fue una de las importadoras más grandes en el país con este tipo de artículos”, nos conta.
Es la menor de cinco hermanos. Tres de sus hermanas le llevan entre diez y quince años, y por ser criadas en otra época, no tuvieron la oportunidad de estar en el negocio familiar, como ella.
Su papá la llevaba a la oficina y allí hacía de todo, a pesar de ser hija del dueño comenzó desde abajo y con humildad.
Recuerda que colaba café, pasaba inventario, recogía mensajes vía interna… “Incluso hay empleados de mi papá de esa época que me recuerdan”. Cecilia siempre estaba apegada a su papá. “Me enseñó sobre cristalería, mesas, cubertería y marcas, volteábamos todo, viendo la calidad”.
Esta dama, a quien le encanta viajar a Madrid en el poco tiempo que le queda libre, se crió rodeada de este mundo que tanto le satisface, tanto así que en su último año de bachiller se iba a trabajar los sábados con su progenitor.
Incluso el día que terminó el colegio comenzó a trabajar. “Inicié en todos los departamentos, como cuentas por cobrar, contabilidad, inventario, aduana, salía a la calle con los vendedores y en 1994 comencé a buscar una línea de decoración, una franquicia para llevar el negocio de mi papá al detalle. Me tomó cuatro años conseguirlo, pero a finales de 1998 me dieron The Bombay Company, que abrí en marzo del 99 y estuvo operando hasta 2007.
Dos años después de iniciar Bombay, surgió Vitros, un negocio familiar que inició en 2001, pero ella siempre tuvo el anhelo de tener una tienda con los productos que más le gustaban: vajillas, copas y cubertería y finalmente, en 2015, logró hacer realidad su sueño: creó La Table Dècor, independizándose de Vitros.
En esta tienda, Cecilia Carballo expone una variedad de piezas exclusivas, seleccionadas previamente por ella, de las cuales los clientes pueden escoger para proceder a hacer el pedido, ya sea a Turquía, la República Checa, o a uno de los países de Europa… Como beneficio adicional, ella está presta a ofrecer asesoría sobre lo más adecuado según la ocasión, ya sea para un cliente individual o para restaurantes, hoteles… poniendo en alto el buen gusto, la etiqueta y todo ese mundo que tanto disfruta crear.

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