Monte Plata: pocos empleos, apagones y deterioro de calles

Monte Plata: pocos empleos, apagones y deterioro de calles

Residentes en Sabana Grande de Boyá y Yamasá, en Monte Plata, identifican los males que los agobian: escasas oportunidades de trabajo y deterioro de calles.
A esos problemas se suman otros no menos importantes: la delincuencia que perturba la paz ciudadana, y los apagones que traban el desarrollo de esas comunidades.
Así, la vida en esas comarcas transcurre en un ambiente de atraso y desesperanza para miles de personas.
En Yamasá, la gente vive principalmente de la agricultura: cultivos de arroz, guandules, yuca, maíz y cacao. Además, desarrollan actividades informales: el concho, puestos de fritura y pequeños negocios.
En Sabana Grande de Boyá, la situación no es mucho mejor. Allí la gente también vive del concho, de empleos públicos, de la Cooperativa La Candelaria y del comercio informal.
En ambos municipios resalta la presencia de negocios de diversión, barras y colmadones.
La delincuencia perturba a los munícipes de Sabana Grande de Boyá.
Según Yocasta Ramírez, unos delincuentes penetraron hace un año en su negocio (el Colmado Lorena), abriendo puertas y ventanas. Se llevaron mercancías, bebidas alcohólicas y dinero.
Rolando Luis Guzmán fue también víctima de los delincuentes y sufre las penurias del pueblo.
Según él, unos malhechores lo despojaron a punta de pistola de un motor que había sacado a crédito.
Si la delincuencia es desesperante, más desesperante es la pobreza en que vive la gente.
“Aquí no tenemos fuentes de empleo ni fuerza para nada”, dice Pepe Pascual Jiménez, quien se gana la vida conchando.
Aunque estos males desalientan a los munícipes, la alcaldesa, Bertilia Fernández, asegura que hace todos los esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de la población.
Admite el gran cúmulo de basura, pero lo explica por el feriado navideño y porque personas han visitado el pueblo en los últimos días.
Promete seguir trabajando para que en “seis meses el pueblo esté totalmente limpio”.
Aunque estima que el desempleo supera el 20% en el municipio, destaca que se está incrementando la producción de leche y cacao, lo que, a su vez, incrementa los empleos.
Según ella, “el pueblo está rápidamente despertando”, después del cierre del ingenio y el colapso de los cañaverales.
Bertilia Fernández resalta que la alcaldía construyó una funeraria municipal y un destacamento, y señala que impulsa el presupuesto participativo para hacer las obras más necesarias.

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