Las complicaciones en las cirugías plásticas pueden presentarse en cualquier momento. Ni el mejor cirujano puede estar plenamente seguro de que todo saldrá bien. Para enfrentar esos casos toda clínica debe tener una unidad de cuidados intensivos y un equipo médico capaz de dar respuesta a esas eventualidades, pero no todos los centros tienen esos recursos.

Muestra de ello es el caso de la joven domínico-estadounidense Francia Filpo, quien sufre problemas del habla y tiene una parálisis parcial que la obligan a desplazarse con andador luego de ser intervenida por del Centro Internacional de Cirugía Plástica Avanzada (Cipla). Filpo quedó en esas condiciones porque en el lugar no había un ventilador para oxigenarla.

En una entrevista concedida al programa “El Informe”, Carlos de Jesús, tío de Filpo, indicó que a ella había que oxigenarle la sangre y no lo hicieron a tiempo. Denunció que esa clínica tampoco tiene unidad de cuidados intensivos. El cirujano De Jesús alegó que a Filpo “la saturación de oxígeno le bajó a 30 y quien tenía que tener control de eso era el anestesista. Cuando vine a darme cuenta, yo, que soy cirujano y no tengo que estar pendiente al control del oxígeno, llamé al anestesista. Cuando vinimos a darnos cuenta, la paciente tenía un déficit de oxígeno que le causó una encefalopatía hipóxica”.

Las denuncias ante los tribunales y en los medios de comunicación de malas prácticas médicas en supuestas clínicas de cirugía estética son cada día más. Pese a ello, la Procuraduría General dice que no cuenta con estadísticas respecto a las demandas por esos casos. Tras solicitar las cifras se indicó que estas deben pedirse en los departamentos de estadísticas de las fiscalías.