Uno de los seis pacientes que se encontraba en estado crítico tras la explosión de la envasadora Sol Gas falleció el jueves a las 10:00 de la noche en el hospital Ney Arias Lora.
Eddy D’Oleo, de 40 años de edad, quien presentaba quemaduras en más del 50 por ciento del cuerpo y traumas severos, falleció a causa de un edema pulmonar, informó el doctor Eddy Bruno Vizcaíno, encargado de la referida Unidad de Quemados.
Estaba interno en la Unidad de Quemados desde el pasado martes, cuando ocurrió la explosión en la planta de gas ubicada en el barrio La Esperanza, del sector Los Ríos, del Distrito Nacional.
“Este paciente tenía un traumatismo cráneo-encefálico y era el paciente con más alto porcentaje de quemaduras; era un paciente bastante crítico”, dijo el doctor Vízcaíno durante una rueda de prensa celebrada ayer en el hospital Ney Arias Lora.
Familiares entristecidos. Entre llantos Leticia, Rosa Lina y Rosa Julia D´Oleo, hermanas del occiso, pidieron a las autoridades hacerse cargo de los hijos y esposa de su pariente, ya que sus condiciones económicas son precarias.
D’Oleo, oriundo de El Cercado, provincia de San Juan, dejó en la orfandad a tres niños, uno de los cuales apenas tiene dos años.
“Ellos se quedaron sin nada, están en la calle, que los ayuden por favor”, clamaba Leticia D´Oleo, al tiempo de resaltar que hasta el momento no han recibido noticias, ni ayuda de los encargados de la envasadora Sol Gas.
Sobre otros pacientes. El doctor Vizcaíno también ofreció detalles sobre los demás pacientes críticos que sufrieron quemaduras durante el incendio, y que están ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En ese sentido, dijo que Marina Álvarez, de 52 años, que presenta quemaduras de segundo grado en el 40% de la superficie corporal, fue operada ayer en las extremidades inferiores.
Siguen en estado crítico, de acuerdo con sus declaraciones, Felipe Vinicio Morel, de 63 años; Elvin Alfredo Valerio, de 30; Denny Álvarez, de 28, y Ramón Antonio Lugo, de 25.
El doctor Vízcaíno explicó que los pacientes quemados están en condiciones de alto riesgo, porque al perder la piel pierden la barrera protectora, y están expuestos a contaminarse de quienes los visitan.
Por esa razón, dijo, las visitas son restringidas a una sola persona por día, por uno o dos minutos.