Martha Solís dice ser sobreviviente de la violencia. Durante cinco años su verdugo, Marcos Hernández (ambos nombres son ficticios), ejerció sobre ella todo tipo de agresiones: verbal, física y emocional, hasta llegar a convencerla de que era una tonta inútil.
Ella conoció a Marcos en un liquor store. Entre tragos y bailes él le pidió su número de teléfono, la llamó al otro día y la citó en varias ocasiones hasta conquistarla y hacer que cuatro meses después se mudara a su casa en un sector residencial de la capital.
Su felicidad duró poco. Días después Marcos le dijo que las cosas cambiarían y que ella debía quedarse en la casa porque la calle es de los hombres.
Martha, con una carrera universitaria que había podido concluir con la ayuda de su ex marido que tenía posibilidades económicas, al ver el cambio que tuvo Marcos se puso a investigar el pasado de su compañero, dándose cuenta que había tenido en esa casa donde vivía a varias mujeres, botando a una de ellas de manera agresiva y también que tenía cinco hijos con distintas mujeres en lugares diferentes del país.
Martha sale embarazada de Marcos y su hijo nació con algunos problemas fruto de una golpiza que él le dio cuando ella aún estaba embarazada. El se molestaba cuando le reclamaba por sus infidelidades y maltratos. Incluso en varias ocasiones le puso una pistola en la sien.
Me daba trompadas, él es un hombre corpulento, de una estatura de más de seis pies, cuenta la mujer que quiso contar su vida llena de vejaciones bajo el acuerdo de no revelar su nombre real para que su historia sirva de ejemplo a otras mujeres que son víctimas de la violencia.
Por esa agresión duró detenido cinco días y no fue a la cárcel de Najayo porque la familia de él y su abogado la convencieron para que retirara la querella.
No sabe las veces que se fue de la casa. Yo me envolví en ese círculo en una forma que no me explicaba lo que pasaba, había perdido el amor propio. Mi familia, mi madre, estaban preocupadas, creían que un día llamarían para decirle que ese animal me había matado. Yo no reaccionaba. Narra que Marcos la convencía para que volviera con él. Le alegaba que no podía dejar la familia que habían construido, a la que también pertenecían dos hijos de él que la consideraban como su madre.
Como él sabía que yo tenía necesidades económicas, me buscaba la vuelta, me llamaba por teléfono, me hacía buenos regalos y me llevaba arreglos florales, expresa la mujer de 29 años, de tez oscura y pelo rojizo.
¿Cómo se zafó del círculo? Martha logró salir del círculo de la violencia. Yo estaba fuera de mí, perdida en el mundo. Estaba tan convencida de que esa era mi vida y de que tenía que resignarme a eso. No veía ninguna salida, dice para agregar que su vida dio un giro 100% positivo cuando encontró redes de apoyo.
Al conseguir un empleo en su área profesional conoció personas que la ayudaron a comprender que ella podía ser feliz, que era importante. Su autoestima se elevó, comenzó a reconocerse como una persona útil. Comencé a relacionarme con mujeres que tenían familia, una pareja que las respetaba, una convivencia en armonía y felicidad.
Dice que una amiga le sirvió de inspiración para ella también aspirar a tener una verdadera familia. Desperté, abrí los ojos y decidí no pasar un segundo más en ese infierno. Cuenta que el día que dejó a su agresor se olvidó de cuántas cosas materiales le había comprado en la casa, ya que siempre decía que eran de él. El volvió con sus astucias engañosas.
Firme en su decisión de no caer en las redes de ese hombre violento, se inscribió en un curso de superación personal el cual daban el día que regularmente se aparecía en su casa. Marcos se dio cuenta que su decisión había sido real y definitiva. Martha dice que se convenció de que no iba ser ella la mujer que cargaría con las frustraciones de su pareja.
Esta era la segunda experiencia de violencia intrafamiliar de Martha. Antes había tenido dos hijos con una pareja que también llegó a golpearla en varias ocasiones y le llevó todos los ajuares de su casa en momentos en los que ella no estaba. Después que terminaron la perseguía a todas partes haciéndole escándalos públicos y golpeando a todas las personas que estuvieran con ella.
Ella tuvo la capacidad de escapar de esa trampa, pero admitió que los años que vivió en angustias profundas por sus agresores fue por motivos económicos. En los dos casos eran hombres que contaban con solvencia económica.
La clave
Sus recomendaciones
Martha recomienda a las mujeres a despertar, a no aguantar un día más las agresiones de sus parejas. Cree que se debe estar abierto y dispuesto a que personas cercanas las ayuden. Dice que cuando se está en el círculo de la violencia la mujer se encierra, no quiere desprenderse del maltratador, creyendo que él lo es todo porque así se lo hace creer. Ruega a las víctimas dejar la relación con los agresores porque mañana, ahorita, un minuto después, puede ser tarde.