Cuando hablamos de decoración navideña hay elementos que encabezan la lista y uno de ellos es el nacimiento. Es uno de los detalles principales y en muchos hogares sin él no hay Navidad. Desde hace casi 800 años cuando San Francisco de Asís montó en Italia el principio de lo que hoy conocemos como belenes o nacimientos vienen a esta época para representar la forma en que nace Jesucristo, el pesebre, la sagrada familia y los animales.
Tiempo atrás solía colocarse el nacimiento bajo el árbol de Navidad, hoy podemos verlo como protagonista en repisas, mesas de centro y auxiliares. Hay quienes van más lejos y habilitan espacio completos de la sala o terraza para armar lindos pueblos con Reyes Magos, ángeles y animales.
Generalmente, hay dos versiones, el llamado Portal de Belén y el Nacimiento. El primero lleva más elementos, es decorado como una estampa de la época. Pozos, casitas, hasta ríos y pastores. Necesita más creatividad y preparación por lo que sería divertido si hay chicos en casa y puede ser un tema hermoso en las reuniones navideñas.
Ya el nacimiento es la estampa del pesebre, más pequeña, reducida a la figura de la Vírgen, José y el niño Jesús.
Si te animas, hay opciones para todos los gustos. Desde los tradicionales en madera con las figuras talladas a realidad hasta los modernos en acrílico transparente.
Para rescatar el verdadero sentido de la Navidad, la venida de Jesús, la presencia de un Belén o Nacimiento es necesaria. Cual sea el estilo decorativo de la casa o el que se ha escogido para Navidad se busca el lugar. Los hay en cuadros y trípticos que pueden colocarse en la pared si no contamos con mucho espacio.
Igual en globos y domos de cristal con figuras más pequeñas ideales para mesas de centro y auxiliares. Las figuras infantiles pueden ser una opción para los que tienen niños pequeños y los grandes de patio para exteriores.
Colocar un nacimiento en el recibidor, o usar una mesa auxiliar para montarlo son algunas de las ideas más usadas hoy día.