El tenista español Rafael Nadal aseguró que será un «privilegio» enfrentarse mañana al suizo Roger Federer en la final del Abierto de Australia tras haber ganado ayer al búlgaro Grigor Dimitrov en semifinales por 6-3, 5-7, 7-6 (7/5), 6-7 (4/7) y 6-4, en discutido juego.
«Es algo muy especial; creo que para los dos el hecho de volver a una final de un ‘grande’ y tener la oportunidad de competir el uno contra el otro tras dos años de problemas» con las lesiones, explicó el tenista español tras ganar su semifinal. Federer y Nadal han protagonizado duelos memorables en la última década y se han enfrentado en ocho finales de torneos del Grand Slam, con ventaja para el español por 6-2, aunque la última de ellas fue… ¡en Roland Garros-2011!
«Creo que ninguno de los dos nunca pensamos que íbamos a encontrarnos de nuevo en la final del Abierto de Australia», dijo Nadal, cuya última final en un grande fue en su noveno título de Roland Garros (2014). «Pero aún seguimos aquí, luchando, eso es lo importante y lo que lo hace especial. Ahora tengo que recuperarme y descansar bien», añadió Nadal, ganador de 14 torneos del Grand Slam, y que mañana buscará su segundo título en Australia tras el 2009, en la que venció precisamente a Federer en cinco sets.
Precedente en 2009 con triunfo español
El español, de 30 años, jugó otras dos finales, en 2012 y 2014, perdiendo en ambas ante el serbio Novak Djokovic y el suizo Stan Wawrinka, respectivamente.
El hecho de que Nadal tenga un balance positivo respecto a Federer no significa nada para el español: «Eso fue hace mucho tiempo (las finales anteriores). Es un partido diferente, un momento diferente para ambos. Creo que este partido será completamente diferente a todos lo que pasó antes», aseguró el malorquín en conferencia de prensa. «Es especial. No hemos estado en una situación así desde hace mucho tiempo, por lo que hará de este partido algo diferente», insistió en conferencia de prensa. El suizo había derrotado el jueves en la primera semifinal a su compatriota Stan Wawrinka también en cinco sets, por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3, para clasificarse para su primera final en un Grand Slam desde el US Open-2015.
A sus 35 años, Federer se perdió gran parte de la pasada temporada por una lesión de espalda y después de rodilla. Nadal también tuvo que retirarse de Roland Garros por una lesión en la muñeca que le impidió después acudir a Wimbledon. Jugó renqueante los Juegos de Rio (llegó a semifinales en individuales y ganó el oro en dobles con Marc López), pero no jugó la segunda parte de la temporada.
Nadal reconoció este viernes que lloró tras tener que renunciar a intentar luchar por su décimo Roland Garros en mayo pasado.
«El año pasado fue duro, me ha costado volver a mi mejor nivel. He trabajado mucho, pero ni podía soñar con llegar a la final en mi segundo torneo del año», admitió el español.
«Soy una persona positiva. Nunca digo jamás”.