Necesidades en seguridad social

Necesidades en seguridad social

Nuestra seguridad social es excluyente. Aparte de que no protege al universo de la población, mantiene al margen una parte importante de la Población Económicamente Activa (PEA), como es el caso de los trabajadores de la economía informal, cuya inclusión ahora propone SENASA. Recientemente se dispuso que los recién nacidos descendientes de personas del régimen subsidiado queden automáticamente afiliados a la seguridad social, para garantizarles asistencia médica desde el primer momento. Es un gran logro.

Pero hay todavía muchas lagunas por llenar. Los afiliados al régimen subsidiado no tienen acceso a determinados procedimientos clínicos y a tratamientos para enfermedades terminales que resultan altamente costosos. Es necesario actualizar el Plan de Servicios de Salud para darle a los asegurados acceso a procedimientos quirúrgicos modernos, menos invasivos y riesgosos que los que se facilitan actualmente.

Hemos tardado demasiado en universalizar el seguro familiar, y las prestaciones a que tienen acceso los asegurados todavía dejan mucho que desear. La evasión y la elusión siguen siendo un dolor de cabeza, y ni hablar de la marginación que tiene sus causas en el enorme tamaño de la parte informal de la economía. Hace falta trabajar mucho más para remover las causas de exclusión en nuestra seguridad social.

El agua es vida y cuesta dinero

Garantizarle a la población el suministro de agua potable es una obligación del Estado. Está entre los servicios esenciales de primer orden, junto con la salud y la educación. Pero suministrar agua potable genera gastos permanentes en adquisición, operación y mantenimiento de equipos y redes, pago de personal y tratamiento del líquido que se va a servir. Lo correcto sería que las familias que reciben agua en sus casas paguen aunque sea una parte del gasto.

Sin embargo, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dado a conocer por la CAASD revela que este organismo recauda apenas RD$50 millones mensuales por el suministro de agua potable, cuando debería captar RD$250 millones por ese concepto. Y aparte de que no pagamos toda el agua que recibimos, desperdiciamos grandes volúmenes. Debemos cambiar esta conducta y pagar para poder exigir el mejor servicio.

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