Natalia P. Otero.
EFE-Reportajes.
Es imposible escapar de la omnipresente crisis, está en los medios de comunicación, en las reuniones de amigos y, por su puesto, en el trabajo. Se ha convertido en la triste protagonista de la vida diaria.
Pero hay algunos sectores que consiguen zafarse de sus efectos, y otros que, además de evitar los desastres de la recesión, la aprovechan para ver crecer sus ingresos.
Es el caso de las empresas de productos alimenticios y de higiene, sobre todo los de primera necesidad, de los que no es posible prescindir.
A la hora de darle placer al paladar y alivio al estómago, no se acude tan asiduamente a restaurantes caros. Los empleados que tienen que comer en su trabajo, o se llevan la comida de casa (cultura del tupperware), o recurren a sitios más económicos.
Es el caso de las cadenas de comida rápida, que han visto crecer su clientela por el cambio de hábitos de consumo, debido a la necesidad de mirar el bolsillo.
De esta manera, McDonalds, la mayor cadena de comida rápida del mundo, ha visto incrementar su ventas continuamente en los últimos meses, aunque en el segundo trimestre del año sus beneficios bajaron, en especial en Estados Unidos, donde el paro que afecta a unos 6, 5 millones de personas- se mantiene en su nivel más alto en dos décadas; aún así, estamos hablando de unas ventas trimestrales de 5.650 millones de dólares.
En el primer trimestre del año McDonalds había tenido subidas del 4,7 por ciento en EE. UU: del 3,2 por ciento en Europa y del 5,5 por ciento en los mercados de Asia/Pacifico, Oriente Medio y África (la empresa no cuenta a Latinoamérica en sus cifras porque vendió su negocio en esa región en 2007).
A su principal competidora en el sector, Burger King, le ha ido mejor en este tiempo, con un incremento del 1% en los primeros nueve meses del ejercicio, cifra que dio a conocer en abril último y que suponen unos ingresos de 1.908 millones de dólares, con beneficios de 139 millones.
En su último el ejercicio fiscal (hasta junio de 2008) Burger King incrementó especialmente sus ingresos en Latinoamérica, donde alcanzaron los 115 millones de dólares, un 13 por ciento más que un año antes.
Sube lo blanco. En la pasarela de la crisis predominan tres colores. El negro de las previsiones venideras, el rojo, de los números negativos, y el blanco de las marcas que pueblan las despensas de los hogares.
Y es que las denominadas marcas blancas productos que se ofrecen con el nombre de los establecimientos en los que se venden- han aumentando sus ventas en estos delicados momentos económicos.
El consumo de este tipo de productos, puede ahorrar al consumidor hasta un 40%, como revela un estudio publicado por el diario español ABC.
Con la crisis, las salas de los tribunales se llenan de procedimientos por despido, expedientes de regulación y declaraciones de bancarrota. Como toda moneda, esta también tiene dos caras, y las desdichas se convierten en el pozo de los deseos para abogados laboralistas y los de reclamación de deudas, que se libran de caminar por la cuerda floja.
Existen otros empleos y profesiones en alza, como los ingenieros civiles, encargados de la remodelación de estructuras y aperturas de grandes cadenas hoteleras. Suelen desempeñar su labor en compañías de construcción nacionales, en proyectos extranjeros.
Las energías renovables son un valor seguro y un sector en expansión, viéndose en la necesidad de contratar profesionales cualificados para atender la demanda.
Internet también se ha visto beneficiado por la ralentización de la economía: sus ingresos han aumentado por la migración de la publicidad del papel a las páginas de la red.
Según la compañía de gestión de personal Hays, hay un visible cambio de tendencia en todos los sectores profesionales, debido a la crisis, han tenido que cambiar su orientación, hecho unido al cambio de hábitos por parte de los consumidores.
En palabras del director general de la misma compañía en España, Chriss Dottie, el entorno económico actual presenta grandes desafíos para toda la gente, y la capacidad de adaptación es de importancia primordial.
No es fácil cambiar de profesión de la noche a la mañana pero hay muchos profesionales que pueden aplicar sus conocimientos en empresas menos impactadas, explicó el máximo responsable de Hays.
Nunca un dicho había tomado tanta relevancia, en estos tiempos que corren, es una realidad: renovarse o morir.
Las claves
1. Mejoran situación
La comida rápida, las llamadas marcas blancas y los servicios de abogados son algunos de los sectores que han visto mejorar su situación por los efectos de la crisis.
2. Adaptación
La capacidad de adaptación a nuevos sectores en alza es primordial en un entorno económico que presenta grandes desafíos para trabajadores y empresarios.
3. Turismo de lujo
El turismo de lujo mueve una media de 180.000 millones de dólares 130.000 millones de euros- al año.
Viajes de lujo sin crisis
La mejor manera de olvidar los sinsabores es irse de vacaciones. Esto lo saben las empresas dedicadas al ocio y los viajes que cuentan, cada vez más, con departamentos especializados en el turismo de lujo.
Está claro que la crisis no afecta a todos por igual, y la proliferación de nuevos ricos en India, Rusia, China o Brasil impulsa el turismo y los servicios de lujo, según Ollivier Jacq, fundador del portal Paradizo.com, que aporta datos sobre el gusto por viajar caro: mueve 180.000 millones de dólares (130.000 millones de euros) anuales en todo el mundo.
Este tipo de turismo está dirigido a personas con alto poder adquisitivo que huyen de las aglomeraciones, y buscan exclusividad a veces hasta la extravagancia- para sus vacaciones.
Una empresa portuguesa ofrece posibilidades de lo más variopintas: experimentar la gravedad cero, conducir un fórmula uno por diferentes circuitos del mundial, alquilar el yate de Christina Onassis, o vivir como una estrella del rock en la villa de Mick Jagger, por el módico precio de 22.000 euros (31.000 dólares) a la semana.
Y en lugar de compartir playa, también se puede alquilar una isla en Dubai, en las Bahamas e incluso en España: Sa Ferradura, en la bahía de San Miguel, en el norte de Ibiza; es un islote pequeño con una lujosa villa y su propio puerto única manera de acceder a él que se alquila por unos 230.000 dólares a la semana.
Si lo suyo son los cruceros y la aventura, puede embarcarse en el rompehielos nuclear Yarnal, en el que se puede navegar 15 días por el Polo Norte, previo pago de unos 20.000 euros (alrededor de 28.000 dólares).
La lista de destinos con precios desorbitados es extensa, al igual que las colas de desempleados de las oficinas de trabajo.
Es época de hacer cuentas y apretarse el cinturón para muchos. Sin embargo, otros afortunados pueden, recordando el título del disco de la banda inglesa Supertramp, brindar diciendo ¿Crisis?, qué ¿crisis?.