Durante un recorrido por la avenida Duarte y sus entornos, se pudo comprobar parte de la denuncia del titular de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), Magín Díaz, quien dijo que los chinos de esta zona comercial operan sus negocios al 100% en efectivo para no pagar ITBIS ni impuesto sobre la Renta, y en el Barrio Chino tienen sus impresoras fiscales y verifones.

Estos comerciantes asiáticos, sobre todo los ubicados fuera del Barrio Chino se mostraron esquivos para hablar sobre el tema del pago de impuestos.

Sí se pudo observar que grandes importadoras chinas, surtidas de diferentes artículos, solo tenían una caja registradora y varias calculadoras simples conocidas en el lenguaje popular como “suma huevo”.

Al preguntarles si pagaban impuestos dijeron que sí, pero a simple vista sus negocios no mostraban ningún aparato electrónico, como las impresoras fiscales, ni verifones.
Esa realidad no es exclusiva de los chinos. También comerciantes dominicanos, sobre todo en la avenida José Martí, actúan de la misma manera.

En cambio, el panorama en el Barrio Chino en cuanto al pago de impuestos está más claro, debido a que varios negocios tenían sus impresoras fiscales, máquinas para el cobro con tarjetas y cajas registradoras. Pero otros solo tenían esta última.

Al visitar tres supermercados en esta área, dos poseían las herramientas exigida por la DGII, pero se quejaron de pagar muchos impuesto y rehusaron a que se le tomen fotografías, bajo alegato de que les causaría problemas.

Un dueño de restaurante en la zona dijo que compró su impresora fiscal hace un año, pero la misma no ha sido instalada porque, según él, otros comerciantes no han empezado a hacerlo y afirmó que paga sus impuestos.

La mayoría de los encargados de tiendas de procedencia asiática, utilizaron la excusa de no saber hablar español o que la persona responsable del lugar no estaba ahí y solicitando a reporteros de HOY que regresaran al día siguiente.

Por otro lado, gerentes de tiendas en la avenida Duarte reconocieron que existe una competencia desleal en perjuicio de ellos y a favor de los chinos, debido a que no existe forma de competir con ellos en materia de precios.

Entienden que alguien está ayudando a los chinos para tener esos precios, ya que la misma mercancía que ellos compran en China, es ofertada por los asiáticos mucho más barata.

Por otro lado, pidieron a la DGII que incluya a los vendedores de ropa usada que también se encuentran en la misma situación de los chinos.