El Programa Solidaridad no excluye a personas por tener o no un trabajo formal o informal, dado que está demostrado que un mayor ingreso en el hogar no necesariamente se traduce en una mejoría de las condiciones de vida, por lo que los que participan en el programa no creen que por obtener un empleo formal vayan a perder el beneficio de la tarjeta.
La aclaración es del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia, en respuesta a las declaraciones de los directivos de la Organización de Empresas Comerciales (ONEC), quienes abogaron por una reforma del Programa Solidaridad, ya que entienden que este provoca un desincentivo al trabajo formal de los beneficiarios del programa de asistencia social.
En un documento enviado a Hoy, firmado por la directora general de Progresando con Solidaridad, Altagracia Suriel, y el director de la Administradora de Subsidios Sociales, Ramón González, señalan que existen estudios que analizan el efecto de los programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC), como lo es Progresando con Solidaridad, sobre la oferta de trabajo, la informalidad y la duración del desempleo en América Latina y el Caribe y que en general todos coinciden en que no existe evidencia de un desincentivo a trabajar y que no hay efectos significativos sobre la informalidad.
“Las investigaciones sobre el impacto de los programas de TMC realizados por instituciones internacionales, indican que los usuarios, en general, no logran insertarse en el mundo de trabajo formal de manera sostenible. Sin embargo, esto no se debe a que los trabajadores no se quieran formalizar porque van a perder el beneficio social de la tarjeta”, según apunta la misiva.
De acuerdo a Ernesto Martínez, pasado presidente de la ONEC, hay gente que prefiere vivir de la “chiripa” que tener un empleo formal, para no perder una tarjeta que el Gobierno les regala. En las declaraciones en el Encuentro Económico de Hoy, abogó además porque la tarjeta tenga un tiempo de vigencia, porque si no, con este beneficio se están creando parásitos.
Señalan que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la persistencia de la informalidad en la economía, a nivel de América Latina y el Caribe, se debe en gran medida a factores estructurarles que los programas de TMC no logran modificar debido a su ámbito de acción.
“Esto quiere decir que existen razones que inciden en la preeminencia de la economía informal, que son de incidencia exclusiva de las reglas del mercado laboral y de la economía en su conjunto, donde los programas sociales no pueden incidir”, detallan.
El comunicado apunta que los países donde se ha evidenciado que algún programa social haya distorsionado el mercado laboral, se ha debido a que los montos transferidos como beneficio social a los participantes son de tal magnitud, que incentivan la permanencia de los mismos en la inactividad laboral, en especial cuando se suman a otros programas de protección social.