No es lo mismo financiar partidos que a políticos y candidatos

No es lo mismo financiar partidos que a políticos y candidatos

Teófilo Quico Tabar

Al tratar el tema de la Ley de Partidos, algunos especialistas hablan o escriben acerca del financiamiento político, como necesidad imperiosa para que, de alguna forma, haya equidad y limpieza en los procesos. Pero mezclando varios aspectos que habría que tomar en cuenta a fin de no crear nuevas figuras que al fin no logren los objetivos que se buscan.
Se supone que los partidos tienen o deberían tener un sistema contable en el que se reflejen todos los movimientos financieros, ingresos y gastos, en detalle. Y que esos registros contables puedan ser fiscalizados por cualquier organismo. En ese sentido he planteado que, incluso, la ley debería obligarlos a publicar mensualmente todos los movimientos de entradas y salidas, a fin de que cualquier persona pueda acceder a dichas informaciones. Mas, si se trata de partidos que en gran medida son financiados por el Estado.
Lo que se buscaría con una medida de esa naturaleza es obligar a que cada centavo que reciba un partido sea transparentado en su contabilidad, pero igualmente en la contabilidad de quienes hagan las donaciones. Para evitar que se produzcan ocultamientos de aportes financieros de fuentes no identificadas, o de operaciones dudosas.
Pero habría que tomar en cuenta, que una cosa son los partidos como estructuras, con contabilidad formalizada de acuerdo a la ley prevista, y otra cosa son los dirigentes o aspirantes dentro de los partidos o movimientos. Porque aunque la Ley establezca la necesidad de transparentar las operaciones político partidarias, si no se toman medidas adicionales, se haría sumamente difícil contabilizar o controlar los aportes individuales.
Imaginen a dirigentes, militantes, aspirantes o candidatos visitando familiares, relacionados, comerciantes, empresarios, etc. etc., y que estos les hagan aportes, quincenal o mensualmente, por las cantidades que ustedes quieran suponer. Quién diablo va a controlar esas donaciones personales, normalmente en efectivo, amén de aportes en especies. En eso no han pensado los especialistas.
La Ley debería establecer mecanismos de control que obliguen a los partidos a ser más cuidadosos en la captación como distribución de los recursos, pero sin olvidar que la mayoría de los aportes no son a partidos, sino a personas, aspirantes o candidatos. Por tal razón invito a reflexionar en este aspecto. Porque si se hace como hablan esos especialistas, solo servirá para hacer más complicado el sistema político.
Así, los controles de que se habla, solo servirían como enunciados para que se violen, y para crear nuevas burocracias fiscalizadoras, que no encontrarán forma de controlar. Porque en los procesos electorales, son miles los candidatos a todos los niveles buscando recursos, y sin recibos, quién los va a detectar.
Convertir en eficiente un sistema de partidos, o hacer transparente la actividad política, no se logra con propuestas que no tengan fundamentación lógica y práctica. Los partidos, la Junta Central Electoral y el Congreso deben prestar atención a esto, y no ponerse a inventar. En tal caso, tendrían que crear una unidad para supervisar los gastos de cada aspirante o candidato, al margen de los partidos.

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