Nos están sacando ¿lo permitiremos?

Nos están sacando ¿lo permitiremos?

En la década de 1980 tuve el honor de trabajar con Carmen Imbert Brugal, una mujer muy inteligente, bien informada, con una excelente formación profesional como abogada. Teníamos coincidencias felices y disidencias respetuosas, una de ellas tenía que ver con la definición de nacionalidad contenida en la Constitucional de 1844: son dominicanos “Todos los nacidos en el territorio de la República Dominicana de padres dominicanos.”
La Constitución consignó en algún momento: son nacionales de la República Dominicana los hijos de dominicanos por nacimiento y origen. Ahí está el nudo del asunto, en la definición de nacionalidad.
Pero algo tan importante no debe ser objeto de las decisiones adoptadas en lejanos cenáculos donde se reúnen a componer el mundo uno y otro sabio o sabichoso.
Dicen que Trujillo hizo modificar la definición que otorgaba la nacionalidad a todos los nacidos en el país y obviaba la condición de origen de los padres, en consecuencia, eran dominicanos todos los nacidos en el territorio de la República Dominicana.
Trujillo hizo cambiar la Constitución para que se consignara que solo tenía la condición de dominicano quien fuera hijo de padres dominicanos lo que calificaba como dominicano a quien lo fuera “por nacimiento y origen”, de esa manera se eliminaba la posibilidad de nacionalidad dominicana a Juan Bosch y a los haitianos. En 1962 se reformó la Constitución, se eliminó la parte del origen y Juan Bosch pudo ser candidato a la Presidencia.
Por influencia de los “sabios y doctos” juristas la Constitución de la República dice hoy: “Son dominicanos y dominicanas, los hijos e hijas de madre o padre dominicanos”.
Por esa disposición somos víctimas de la constante política haitiana que insiste en echarnos hacia el mar Caribe, hacia el Atlántico y el canal de la Mona, sacarnos de nuestra tierra abonada por la sangre, el sudor y las lágrimas de nuestros ancestros, que pelearon contra los haitianos durante la larga y cruenta guerra de la independencia, de quienes enfrentamos a los españoles en 1863 y luego a los yankis en 1918 y 1965.
Toda esa historia de esfuerzos, sacrificios, estudios, trabajo, esperanzas, se va al sumidero como si esas hazañas se consideraran agua de albañal.
Ahora la Ministra de Salud dice tranquilamente que mientras persista la situación de salud de Haití las parturientas de aquel país parirán aquí. Más de 8 mil haitianas paren aquí año tras año… y el número crece. Sume los hijos de dominicanas con haitianos ilegales o no.
Cuando el perro molestaba al niño para que le diera el hueso a que lo tenía acostumbrado el pequeño le dijo al animal: ¿de qué me pides los huesos si aún no me han dado la carne?
Ahhh, mi madre fue atendida por una partera en mi nacimiento.

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