Nos queda un amargo sabor

Nos queda un amargo sabor

Cuando se conoció la información, a principios de esta semana, de la detención y retención de ocho dominicanos por parte de un grupo de haitianos, en la zona fronteriza, la ciudadanía reaccionó indignada al saber que dos soldados destacados en el lugar contemplaron el hecho y nada hicieron. El testimonio lo ofrecieron a los medios de prensa los ciudadanos afectados, encabezados por el eminente cardiólogo Pedro Ureña. La indignación se entiende y se justifica, porque los dominicanos retenidos tuvieron que hacerse pasar por norteamericanos, hablando en inglés, para evitar que los haitianos les hicieran daños. Pero, ¿qué hicieron los soldados dominicanos para proteger a sus connacionales? Según el testimonio de los afectados, absolutamente nada. Ni siquiera dispararon al aire para atemorizar y eventualmente dispersar a los que retuvieron a los ocho dominicanos. Ningún dominicano que escuchó la información pensó que con su indiferencia e inactividad estos dos soldados actuaron conforme a un protocolo de defensa personal y del grupo afectado. Porque era imposible pensarlo, porque cada dominicano razona y entiende que sus soldados están para defenderlo, sobre todo cuando es agredido por extranjeros y prácticamente desde territorio extraño. A todos nos queda un amargo sabor en la boca ante este hecho y, sobre todo, ante la aparente indiferencia de las autoridades competentes ante el mismo.

La Expo Monte Plata  2018

La provincia Monte Plata acaba de inaugurar su feria número 10, un esfuerzo extraordinario de su sociedad civil y varias agencias gubernamentales. Es una iniciativa de su dinámico senador Charles Mariotti, con el propósito de dar a conocer al país “sus más relevantes bondades y potencialidades”. Se trata de un esfuerzo de visibilidad  que todos debemos aplaudir y estimular para que otras provincias hagan algo similar. Las provincias y sus municipios necesitan levantar sus voces, mostrar sus recursos y reclamar de un Gobierno central diseñado para monopolizar los recursos públicos, que vaya en su auxilio y ponga a su disposición los recursos financieros, humanos y técnicos necesarios para impulsar su desarrollo y el de su gente. Los 186 mil habitantes de los cinco municipios de Monte Plata deben sentirse orgullosos de su provincia, y animados para seguir avanzando.

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