Sin echar al olvido que la violencia y la delincuencia siguen siendo nuestros más graves tormentos, los dominicanos debemos acoger con entusiasmo la información servida por el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, en el sentido de que en la actualidad nuestro país registra la tasa más baja de homicidios en diez años, con un 16,2 por cada cien mil habitantes, en comparación con 18,6 por cada cien mil de igual período del año pasado.

Ante estas cifras, lo primero que deben hacer las autoridades es identificar los factores que han permitido lograr este notable descenso y tratar de capitalizarlos al máximo. Hasta demostración en contrario, no hay a la vista nada que nos permita asociar este descenso con algún resultado de las políticas oficiales de prevención del delito en todas sus variantes.

La violencia y la delincuencia se han hecho cotidianas. No hay un dominicano que no haya resultado afectado, directa o indirectamente, por algún acto delictivo. El repunte actual de la delincuencia y la violencia deja claro que el descenso en el número de homicidios puede ser meramente casual. Desde luego, en el estado de inseguridad en que vivimos, la baja en los homicidios es un acontecimiento positivo que debe comprometernos a identificar y promover las causas que han influido en tal descenso.

Cultura desde temprana edad

Todo esfuerzo que tenga como objetivo introducir a nuestros estudiantes de corta edad por los mundos de la cultura, tendrá el efecto positivo de mejorar su formación didáctica y estimular el desarrollo del talento innato. Desde ese punto de vista, valoramos la puesta en marcha del programa Aula Cultural, lanzado recientemente por el Ministerio de Educación y la Refinería Dominicana de Petróleo y que en principio se desarrollará en escuelas de Haina y San Cristóbal. La meta es que los estudiantes alcancen el bachillerato con una sólida preparación cultural.

El programa está centrado en estudiantes de educación inicial y básica y consiste en talleres sobre temas como música, ballet, pintura, ópera y cine. Los facilitadores recibirán formación previa para esos fines. El programa incluye un concurso de lectura para estimular a los adolescentes. Es una iniciativa que merece nuestro aplauso.