El colectivo de participación política, Nueva Democracia, hace un llamado a organizaciones políticas, ciudadanos y ciudadanas con vocación democrática y progresista a la construcciónde un bloque electoral de contrapeso a los partidos convencionales del sistema político dominicano.

“Es evidente que a las cúpulas de los partidos convencionales, sobre todo a las del PLD y el PRM, no lesinteresa ni les conviene la expresión democrática de su membresía, ni un orden jurídico que realmente los regule y los obligue a la transparencia, ni tienen autentico interés en solucionar los problemas nacionales. Estas cúpulas son empresas de poder que compiten entre sí para usar los recursos públicos para beneficios privados”, afirmaron.

Nueva Democracia entiende que las fuerzas progresistas no pueden continuar dispersas y fragmentadas en agendas particulares, mientras las fuerzas conservadoras instalan en la opinión pública una crisis artificial de identidad nacional;candidaturas de herederos de dictadores o falsos procesos de elección democrática de autoridades institucionales marcados por los mandatos de grupos caudillistas.

“A 18 años de iniciado el siglo XXI, en la Republica Dominicana siguen dirigiendo las distintas esferas de la vida nacional los mismos grupos de privilegios, secuestrando las instituciones públicas para su exclusivo beneficio, es tiempo de dar a esos grupos de privilegio una respuesta de poderque provoque una reorganización constitucional, institucional, económica y social en beneficio de la mayoría del pueblo dominicano que tiene dificultades diarias para sobrevivir”, sostienen.

Vamos a cumplir una década de esfuerzos dispersos por instalar una propuesta alternativa a los partidos convencionales y no hemos podido cruzar el umbral del 2% de votos, sin embargo hoy se nos abre una oportunidad de dar respuesta al sentimiento de indignación y apatía que expresa la población sobre la política y los políticos convencionales. Estamos a tiempo de ser ejemplo de capacidad ideológica, de unidad, de participación democrática y sobre todo de presentar al electorado una opción ética, novedosa, eficiente y con sentido de Estado y poder, no dejemos que sea demasiado tarde otra vez. Es hora de construir la democracia verdadera.