Hoy 
Nuestra fauna social tiene que registrar una nueva especie, despiadada y dispuesta a aniquilar cuando sus especiales circunstancias lo demanden. El sicario se ha abierto paso entre nosotros y sus acciones se dejan sentir cada vez con más frecuencia. Mata por encargo de cualquiera que pague por quitar a otro de en medio, o ejerce ese oficio como encargado de retaliaciones o desquites en grupos antisociales, generalmente vinculados al narcotráfico.
En la autopista Duarte, cerca del kilómetro 70, fueron hallados recientemente los cadáveres de Víctor Alfonso García Fernández, de 25 años, y Juan Carlos Vizcaíno Echavarría, de 22. Sus cuerpos presentaban torturas y a cada uno le pusieron un billete de cien pesos en las manos. La figura de la ejecución es inocultable y el hecho de que el primero tenía ocho fichas en la DNCD podría guiar al móvil de la ejecución.
La sociedad amante de la tranquilidad y enemiga de la violencia está coexistiendo con esta figura macabra que arroja cadáveres por doquier. La autoridad, por su lado, parece tener las manos atadas. Su actuación siempre comienza cuando ha terminado la vida, y no antes, de manera preventiva. Esa circunstancia hace que esta especie se multiplique en nuestra fauna social. ¿Cuándo estaremos en condiciones de aplicar un plan b para detener esta tendencia?
Un paso decisivo para nuestro cine
El país empezó de manera informal su ensayo hacia la cinematografía y ha sometido a escrutinio de críticos y público varias producciones de manufactura local, con actores nativos. Ha sido un lanzamiento sin herramientas ni soportes institucionales, lleno de riesgos de todo tipo, incluyendo financieros y de propiedad intelectual. Con la promulgación de la muy esperada Ley de Fomento del Cine, se crea una caja de herramientas imprescindibles para el desarrollo de una auténtica industria de cine.
Una vez entre en aplicación con su reglamento, la ley trazará pautas para propiciar el desarrollo de la cinematografía nacional y promover esa actividad. La ley dispone la creación de incentivos especiales y un fondo de apoyo a la cinematografía en sentido general. También crea medios para el registro y protección de la propiedad de las producciones. Es el primer y más importante impulso para apoyar nuestro desarrollo cinematográfico.
