Con motivo del XIX Congreso Internacional Anual de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía, uno de los ocho invitados internacionales fue el neurólogo argentino Dr. Gonzalo Gómez Arévalo, experto en la enfermedad de Parkinson y por nuestro interés particular en ella ¨conversaremos¨ acerca de esta enfermedad de los movimientos y la rigidez.

En una cena de introducción a la comunidad de neurocientistas del país, como novedad, se nos presentó el Parmital, que es la última opción terapéutica de que disponemos en el terruño para el manejo terapéutico de ésta, la enfermedad descrita por el inglés Dr. James Parkinson.

El expositor nos hizo  una revisión muy actualizada de los nuevos enfoques que disponemos los neurólogos para el tratamiento y el manejo de este proceso degenerativo crónico del sistema nervioso, y que tiene como  razón principal la alteración en la producción y el uso de una sustancia en el cerebro, la Dopamina.

Inició su charla con una frase de tiempos médicos pasados que dice: ¨Los médicos somos individuos que usamos medicamentos de los que conocemos poco, para tratar enfermedades de las que conocemos menos, para curar personas de las cuales no sabemos nada¨.

En verdad, hoy en día las cosas han tomado otro rumbo. La modernidad nos ha permitido conocer y  hacer todo lo opuesto a este pensamiento, que es una meta superada.

Tenemos varios blancos para tratar la enfermedad. El primero es dar la sustancia dopamina a través de un precursor de esa sustancia; el segundo enfoque es dar sustancias que imiten la acción de esa dopamina, y el tercer propósito es impedir que la dopamina sea destruida, usando los que se llaman inhibidores enzimáticos. Hay otras estrategias terapéuticas que se estudian en la actualidad.

Tratando el tema del Parkinson como enfermedad, deseo y creo expresar el sentir de muchos colegas, al hacer un señalamiento público, una protesta si se quiere. En los últimos meses, las medicaciones ¨gold estándar¨, esas básicas y de calidad que usamos para el tratamiento de la enfermedad, no están apareciendo en las farmacias. Las razones ¨mercadológicas¨ no las conozco, sólo la queja de mis pacientes.

Creemos que la industria farmacéutica  no es sólo para beneficios económicos, que los entendemos, sino que, quiérase o no, tienen un compromiso  social contraído, máxime con medicamentos de uso tan delicado, como es el caso del Parkinson.

Pero deseamos aprovechar la oportunidad para felicitar a los Laboratorios de Aplicaciones Médicas (LAM) y agradecerles públicamente, porque nos han salvado la situación, ya que están produciendo en el país el ¨Rotidin¨, antiparkinsoniano que nos  ha dado muy, pero muy buenos resultados, y hemos logrado hacer menos tormentoso el calvario de nuestros pacientes, ante la ausencia de otros fármacos que hemos indicado por años.

Pero volvamos a la enfermedad. En los últimos años hay el consenso de iniciar el tratamiento temprano, tan pronto el diagnóstico de Parkinson se haga.

Importantes son: las alteraciones motoras y de movimiento, el temblor de reposo, la inestabilidad postural son, junto a la rigidez, los principales síntomas.

Hoy le agregamos dolores inespecíficos, alteraciones en la  escritura, disminución de la olfacción y alteraciones cognitivas leves, como parte del síndrome parkinsoniano.

Saludamos al Pramipexol, el ¨Parmital¨ como se llamará, que nos da una nueva opción terapéutica, que tanto necesitamos los que manejamos esta enfermedad.