Nuncio insta graduados a formar familias en el camino de valores

Nuncio insta graduados a formar familias en el camino de valores

El nuncio apostólico monseñor Jude Taddeus Okolo, si bien reconoció que no es una tarea sencilla en esta sociedad postmoderna llevar a una familia por el camino de los valores, consideró que es oportuno darle al hogar, el lugar primordial donde se enseñan y se aprenden los principios.
El prelado, al hablar ayer ante cientos de graduandos de la Universidad Apec (Unapec), les recordó que el desarrollo de una sociedad empieza con la adecuada atención a la familia, lugar por excelencia para descubrir y vivir en valores.
“Solo a través de la familia se puede fomentar un desarrollo social y espiritual del ser humano”, recordó el nuncio.
Sin embargo, Okolo recordó que esta institución enfrenta muchos desafíos, como los escasos recursos económicos de los padres, los conflictos entre padres, la insubordinación de los hijos, problemas sociales, falta de comprensión y paciencia; el aumento de los divorcios, feminicidios, la delincuencia y la falta de oportunidades para que los niños puedan tener una preparación intelectual, retos que enfrentrados con equilibrio, la fortalecen.
Pero dijo que el deseo de la universidad que los ha educado, es que al salir se conviertan en ejemplos y modelos de valores.
Los investidos. Unapec graduó ayer a 845 nuevos profesionales de distintas áreas, a nivel de grado y maestrías, en una ceremonia realizada en el Puerto de San Soucí.
El antivalor de la corrupción. El escenario sirvió para que tanto el rector de la academia, Franklyn Holguín Haché así como la estudiante meritoria, Penélope Martínez Rojas señalaran a la corrupción como un antivalor que ha causado grandes daños a la sociedad.
Holguín Haché consideró que la corrupción es una muestra del daño, que ocasiona vivir en una sociedad sin valores.
“La corrupción es un antivalor. Está opuesta a la honradez, a la honestidad, a la responsabilidad, a la solidaridad. Por lo tanto, no debería valer por igual ser corrupto a ser honesto, solidario, honrado”, dijo el académico.
A la par con los planteamientos del nuncio, aseguró que no hay manera de habitar una sociedad sana y perfectible, sin una sólida convivencia en valores. “Una sociedad le es imposible vivir sin valores”, insistió Holguín.
“Históricamente la corrupción es una práctica interrumpida; si la sociedad es impotente para acorralarla como un antivalor, y se legitima, entonces sobreviene lo que en el orden sociológico se llama paradigma sobre determinante”, argumentaba el rector.
Recordó a los graduandos, que son ellos un paradigma positivo y que tienen el deber de contribuir con sus saberes a edificar un mejor modo de existencia colectiva.
De su lado, la graduanda de honor que alcanzó el mayor índice académico, calificó el crimen, el narcotráfico y sobre todo la corrupción, se han convertido en un monstruo de siete cabezas, que se alimentan los unos con los otros, a nivel mundial y en especial, en República Dominicana.
Instó a sus compañeros a no permitir que su trabajo, profesión y vida sean manchados por el mal de la corrupción, y que hoy más que nunca es una realidad que ha causado daño a la sociedad, provocando que muchos profesionales pongan en riesgo sus vidas y pierdan el valor de lo que realmente son como entes necesarios.
Advirtió que la realidad que se vive tiene la potestad de envolver a los más vulnerables de una manera y con una facilidad que podrán parecer inofensiva, pero que la verdad es que son un juego dañino que busca alimentar a los más poderosos, tomando ventaja sobre los más débiles.

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