El obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, junto a organizaciones de la sociedad civil, levantó su voz de alerta para advertir que no permitirán que la provincia Peravia quede “en manos de unos pocos delincuentes, narcotraficantes y antisociales”, por lo que lucharán para recuperar la paz y la armonía de esa laboriosa comunidad.
Al responder preguntas de periodistas presentes en un encuentro realizado en el Centro Parroquial de la catedral Nuestra Señora de Regla, el sacerdote se quejó de la fragilidad de la justicia para dar respuesta al crimen organizado.
De igual manera, expuso una serie de medidas que entiende deben ponerse en marcha para controlar la situación de desasosiego que vive esta demarcación y citó, entre ellas, limitar hasta las diez de la noche el expendio de bebidas alcohólicas y el tránsito de motoconcho.
“Es necesario una especie de toque de queda cívico”, enfatizó. El religioso propone también la creación de más oportunidades de empleos para los jóvenes y fomentar el deporte en sus diferentes disciplinas.
“Estoy convencido de que el deporte y el trabajo son las formas más adecuadas de enfrentar la situación”, dijo.
Vigilancia. Desde tempranas horas de la mañana, un amplio dispositivo de seguridad fue desplazado por la ciudad de Baní. Consultado sobre la medida, el sacerdote dijo que se trata de un bulto “mediático” que en modo alguno resuelve el problema.
Abogó por acciones más contundentes a corto, mediano y largo plazo.
El sacerdote se quejó también de que la música que escuchan hoy día los jóvenes, la cual, considera incita también a la violencia. Lamentó que programas de televisión transmitan vídeos en horarios de la tarde cuyo público es menor de edad, los cuales incitan a cometer hechos delictivos “y esos son los futuros delincuentes”.
Desde su óptica, las autoridades militares, policiales y la justicia, deberían estar unificadas en torno a una voluntad real y efectiva de contrarrestar la criminalidad.
“El problema es que los delincuentes salen fácil de las cárceles. Ya hay gente que son muy conocidas en los centros penitenciarios porque salen y entran hasta seis veces”, puntualizó.
Refirió que en Estados Unidos si a una personas es condenada a 35 años de prisión, permanece tras las rejas hasta agotar su período, a diferencia de aquí, donde, según recalcó, la justicia es muy “blanda” .
En torno a las declaraciones del presidente Danilo Medina en el sentido de que los deportados son responsable de la delincuencia, el obispo dijo que no comparte este argumento ya que sería “reconocer que nos ganaron la batalla; entonces nos fuñimos”.
En ese contexto, favorece la implementación desde el Estado de políticas de seguimiento y oportunidades que permitan su reintegro a la sociedad.
Baní ha concentrado la atención de la opinión pública, luego de que el coronel de la Policía Daniel Ramos fuera asesinado por sectores del narcotráfico cuando supervisaba un punto en el barrio Santa Cruz, el pasado día 8 de este mes.