Odebembrollo y otros rebuses

Odebembrollo y otros rebuses

En los últimos tiempos el país ha sido convulsionado por una serie de acontecimientos que han basculado los cimientos de nuestra soberanía. El caso más notorio es el escándalo transnacional de la compañía constructora brasileña Norberto Odebrecht, la cual tenía una división únicamente para sobornar funcionarios en diferentes países donde operaban, para sobrevaluar los costos y también obtener el contrato de la obra.
Nuestro país fue uno de los beneficiados para realizar obras con financiamiento del Banco de Brasil, ejecutadas por Odebrecht y Gutiérrez Andrade, en las cuales se detectaron incrementos sobre los montos cotizados. De ese modo, por mediación de cabilderos a los cuales les habían dado coimas, pudieron incrementar el monto de la cotización para la construcción de las plantas a carbón en Punta Catalina, provincia Peravia, en 1,140 millones de dólares.
Sin tratar de analizar a profundidad las acciones de Odebrecht ya que este emporio, al utilizar la Bolsa de New York y el sistema financiero y bancario de los Estados Unidos de América en la realización de los pagos irregulares, este país, ha descifrado e informado a todos los países en los cuales funcionarios locales fueron sobornados, los montos y las personas que realizaron los cohechos. Para mayor transparencia, si algún país, empresa o individuo quiere información veraz, solo debe solicitar por escrito a Freedom of Information Act (FOIA Request) del Departamento de Justicia de los EE.UU. https://wwwjustice.gov/oip/make-foia-request-doij.
Gracias a la justicia estadounidense y la colaboración de los tribunales brasileños, se ha podido desenmarañar esta complicada red de sobornos a importantes personajes de países que estaban aparentemente en un limbo sobre las actuaciones de estas multinacionales que, por medio de malas artes, perjudicaron a empresas locales y enriquecieron a políticos y funcionarios públicos desalmados, que hoy multimillonarios están al borde del precipicio al ser desenmascarados y deberán afrontar los tribunales para que paguen sus delitos.
El dominicano tiene el erróneo concepto de que el patrimonio estatal pertenece al pueblo, sin embargo, ha permitido que políticos ambiciosos se apropien de él. En el caso que nos ocupa, un cabildero, señor Ángel Rondón Rijo, pretendiendo ser el principal actor y hablando por boca de ganso, se ha erigido en el principal corruptor. El Procurador General de la República, un inexperto y complaciente funcionario público, en lugar de allanar sus oficinas y las de Odebrecht, contrario a lo sucedido en los otros países que se realizó una requisa inmediata, le otorgó tres días que se convirtieron en cuatro antes de tomar la decisión de proceder al allanamiento. En ese ínterin, tanto Rondón como Odebrecht, tuvieron la oportunidad de conciliar los desafueros.
Nunca antes el Gobierno Dominicano había pasado por tantos rebuses, los cuales por limitación de espacio nos limitaremos a enunciar sin analizar los mismos. Empezaremos por los que creemos los más impactantes negativamente, advirtiendo que se pueden quedar involuntariamente algunos.
El caso de la Sun Land, en la cual estuvo involucrada la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), organismo que a pesar de que sus directivos han sido denunciados con cargos graves en los cuales hasta un ingeniero se suicidó en su local y, sin embargo, los responsables están como aquellos espaguetis “sueltecitos, sueltecitos” y solo han apresado a tres chivos expiatorios.
Brasil también vuelve a bailar pegado con el soborno en la compra de los 8 aviones Super Tucanos. El ingeniero Holguín en el INDHRI se adjudicó obras por valor de mil millones de pesos. El estacionamiento de la UASD costó la friolera también de mil millones de pesos. Equipos comprados por 20 millones de dólares por la Junta Central Electoral (JCE), a la empresa INDRA Sistema, la cual reclama 641 millones de pesos adicionales. Lo peor del caso, es que la JCE no sabe qué hacer con estos equipos que pronto se volverán obsoletos.
En Salud Pública se sobrevaluaron los hospitales Darío Contreras en también mil ciento cuarentitres millones. Asimismo, hay irregularidades en el Moscoso Puello, Cabral y Báez que cumple siete años en remodelación y no se vislumbra su terminación.
Educación no se ha quedado atrás. Un sinnúmero de escuelas no terminadas y sobrevaloradas y el Ministro dilapidador, premiado como titular de Interior y Policía.
Estos embrollos, rebuses y burbaques, tienen en la cuerda floja al gobierno del Presidente Medina, que si no se resuelven satisfactoriamente, le costará la popularidad y el prestigio que hasta ahora ha disfrutado.

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