La odontología moderna, consta de muchas especialidades, quizás la más olvidada de todas ellas es la odontología forense, la cual maneja y utiliza todas las evidencias dentales registradas por el odontólogo del que fuera su paciente, para identificar un cadáver.
La odontología forense, como lo dice su nombre, se aplica para identificar cadáveres, causa de la muerte, describir características de la víctima y recopilar información que ayude a resolver casos judiciales.

En Latinoamérica aun no se han explotado en todas sus vertientes los beneficios de esta área de la odontología, la cual aporta herramientas útiles en muchos casos legales; sin lugar a dudas, los registros dentales son una luz en la solución de casos complejos, en los cuales hay dificultad para identificar a la víctima.
Los primeros casos de aplicación de la odontología forense, según estudios científicos datan de las primeras décadas después de Cristo.
Se dice que la primera persona identificada gracias a su dentadura fue Lolia Paulina, una noble romana.
Características peculiares. El color, forma y tamaño de los dientes son elementos que utiliza el odontólogo forense para determinar sexo, edad, alimentación, ocupación del individuo, hábitos y patologías.

Además de los dientes, las estructuras óseas de los maxilares, paladar, labios y lengua, brindan informaciones muy valiosas para la investigación.

En 1964, el instituto militar de Washington, E.U.A., dictó el primer curso de Odontología Forense.