Naciones Unidas se disculpó ayer ante los haitianos por su responsabilidad en la epidemia de cólera que afecta al país desde 2010 y urgió a la comunidad internacional a aportar fondos para ayudar a los afectados por la enfermedad. Con toda la solemnidad, en un discurso ante la Asamblea General, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon se dirigió directamente al pueblo haitiano para lamentar “profundamente la pérdida en vidas humanas y el sufrimiento causado por la epidemia de cólera». “En nombre de Naciones Unidas, quiero decirlo muy claramente- pedimos perdón al pueblo haitiano”, dijo. El gesto es significativo, pues durante años la ONU se resistió a admitir que estuvo en el origen de una epidemia que ha afectado a cerca de 800,000 personas y que se ha cobrado más de 9,000 vidas.
Según varias investigaciones, el brote de cólera en Haití se inició en 2010 por un vertido de residuos fecales a un río por parte de “cascos azules” de nacionalidad nepalí.
Con grupos de víctimas reclamando a Naciones Unidas reparaciones en los tribunales, la organización evitó hasta este año reconocer su papel en la crisis. El giro llegó este verano, cuando la Justicia estadounidense confirmó que la ONU goza de inmunidad ante este tipo de reclamaciones y desestimó el caso. Inmediatamente, Naciones Unidas admitió por primera vez que tuvo un papel en la epidemia y anunció un nuevo plan para ayudar a Haití a librarse de la enfermedad y para apoyar directamente a los afectados. Hoy, en su discurso, Ban dio un paso más en esa dirección, disculpándose formalmente ante Haití y reconociendo que la ONU no hizo “lo suficiente” ante el brote y su propagación en la isla. “Es una mancha en la reputación de las operaciones de paz de la ONU y de la organización en todo el mundo”, dijo el diplomático, que se dirigió a los haitianos en creole y en francés. Ban no llegó a señalar explícitamente que fue personal de la ONU el que llevó el cólera a Haití, dado que la organización cree que hacerlo le podría traer dificultades en sus actuaciones alrededor del mundo. En ese sentido, el vicesecretario general, Jan Eliasson, explicó hoy que para Naciones Unidas “no es posible” admitir una “responsabilidad total” por lo ocurrido, pues ello impondría “limitaciones” a una organización que “tiene que trabajar en las situaciones más difíciles” en distintas crisis. Así, la ONU sigue sin cambiar su postura “jurídica” ante el caso.