Oportunidad para ser certeros

Oportunidad para ser certeros

El proyecto de Ley de Control de Armas, que reemplazaría una obsoleta ley de hace 50 años, perdió vigencia al pasar dos legislaturas consecutivas sin ser aprobado. Es lo mejor que ha podido ocurrir, porque en torno a esta propuesta han surgido preocupaciones -inexplicablemente tardías, porque lleva diez años en el Congreso- debido a que fomentaría el armamentismo en momentos en que las armas legales figuran en más del 60% de los homicidios.

La oportunidad es propicia para reintroducir el proyecto en la legislatura ordinaria que comienza el 16 de agosto y someterlo a estudio de una comisión bicameral o a vistas públicas, con tal de lograr una pieza que se corresponda con las necesidades del país, ahora que la inseguridad pública es abrumadora por la frecuencia de homicidios y asaltos a mano armada. Debemos pretender una fuerte restricción del acceso legal a las armas de fuego.

No podemos repetir pifias del pasado que estimularon el armamentismo de civiles. Ya una vez se planteó la necesidad de alejar las armas de las manos de los ciudadanos, pero lo que se hizo fue crear una licencia adicional y aumentar los impuestos para porte y tenencia, con lo que el Estado mejoró enormemente sus recaudaciones por ese concepto. No podemos seguir jugando con la seguridad de los ciudadanos. No debemos errar el tiro otra vez.

TENER AGUA EXIGE CADA VEZ MÁS 

Más que un plan de contingencia para enfrentar la escasez de agua provocada por la sequía actual, la República Dominicana debe poner en marcha una política permanente de conservación de acuíferos, reforestación, construcción de pequeñas presas, lagunas y plantas para tratamiento de aguas residuales. En vez de asumir esta sequía como coyuntura estacional, debemos entender que es una tendencia que se corresponde con el cambio climático y el calentamiento global.

Es correcto que ante la circunstancia de la escasez de agua se adopten medidas para garantizarle abasto a la población, pero sería un yerro mayúsculo si bajáramos la guardia una vez que empiecen las lluvias. Debemos entender que la conservación ambiental por el tema del agua necesita que le dediquemos cada vez más recursos y esfuerzo.

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