CARACAS.-El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ayer un «golpe parlamentario» por parte de la oposición, cuya mayoría legislativa acordó abrirle un juicio de responsabilidad política y penal, comprometiendo la apertura de un diálogo anunciado por el Vaticano.
En un acto ante miles de seguidores, Maduro convocó a las máximas autoridades de defensa y de los poderes públicos el miércoles a las 11H00 locales (15H00 GMT) «para evaluar el golpe parlamentario de la Asamblea Nacional y el plan de diálogo para la paz». Esa reunión coincidirá con una manifestación nacional convocada por la oposición para protestar por la suspensión del proceso para un referendo revocatorio del mandato de Maduro y en momentos en que el país atraviesa por una fuerte crisis económica.
«No vamos a permitir un golpe parlamentario de ningún tipo, que lo sepa la derecha aquí y la derecha allá», sentenció Maduro, mientras sus partidarios gritaban: «Disuelve la Asamblea». Poco antes, el parlamento había ordenado a una comisión especial estudiar «la responsabilidad» penal y política de Maduro en el agravamiento de la crisis por la suspensión del referendo revocatorio, que declaró el domingo como una «ruptura del orden constitucional». Calificándolo de «juicio político» aunque no está estipulado en la Carta Magna, la mayoría opositora legislativa citó a Maduro a la sesión del próximo martes para que «se someta al escrutinio del pueblo» y responda a las acusaciones. Maduro no se refirió a ese citatorio, pero recordó al férreo opositor Henry Ramos Allup que debe asistir a su convocatoria de hoy como jefe del parlamento. «Aquí lo voy a esperar y le voy a decir: vamos a hablar, vamos a dialogar, basta ya de tanta mentira, tanto engaño, tanta aventura», aseveró el presidente, quien recién regresó de una gira por Medio Oriente, que incluyó una reunión con el papa Francisco en el Vaticano. La Asamblea Nacional también resolvió iniciar un procedimiento por acusar a Maduro de «abandono del cargo», una figura contemplada en la Constitución cuando el presidente deja de ejercer sus atribuciones.