Origen y proyección de la nueva relación de Estados Unidos-Cuba

Origen y proyección de la nueva relación de Estados Unidos-Cuba

-VII-

Ahora que se conmemora el 50 aniversario de la Revolución de Abril de 1965, una las principales epopeyas del pueblo dominicano porque de guerra civil se transformó en guerra patria por la intervención estadounidense, recordamos que ese acontecimiento y el hecho inmediato que lo generó, el golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, fueron de los frutos de la Guerra Fría iniciada a raíz del final de la Segunda Guerra Mundial y el subsecuente enfrentamiento este-oeste.

Y el motivo principal de la ocupación militar de 1965 fue, supuestamente, para evitar que Santo Domingo se convirtiera en una nueva Cuba, según lo proclamó el presidente Lyndon Johnson. Recientemente, el presidente Barack Obama afirmó, en la VII Cumbre de las Américas, en Panamá, que “la Guerra Fría ya terminó” y que él no participaría en disputas que otros iniciaron antes que yo naciera”. Advirtió que su país “no será prisionero del pasado”, porque “Estados Unidos mira hacia el futuro”.

En relación con la nueva etapa, expresó que “los cambios de política hacia Cuba abren una nueva era en el hemisferio”; “me comprometí a construir una nueva era de cooperación con base en intereses de respeto mutuo. He cumplido con ese compromiso; nos reunimos aquí en un momento histórico”.

El presidente cubano, Raúl Castro, luego de expresar que “ya era hora de que yo hablara aquí en nombre de Cuba”, ratificó su disposición de continuar con “un diálogo respetuoso (…) y a la convivencia civilizada” con Estados Unidos “dentro de nuestras profundas diferencias”. Dijo que “Obama es un hombre honesto” que no tiene responsabilidad del bloqueo que se impuso en febrero de 1962. Apreció “como un paso positivo que decidiera rápidamente sobre la presencia de Cuba en la lista de terrorismo, en la que nunca debió haber estado”. (Textos tomados de El tiempo (Digital), de Bogotá, Colombia, 11 de abril, 2015).

Es obvio que vivimos un cambio de época. Se refleja, además, en la reseña periodística sobre el discurso de Castro: “La primera intervención del presidente de Cuba, Raúl Castro, en la Cumbre de las Américas, provocó una ovación en la sala donde se celebra la reunión hemisférica y copó la atención de centenares de periodistas en (…) el Centro de Convenciones Atlapa”.

El hecho de que Obama, al responder al presidente Rafael Correa por críticas a la política exterior estadounidense, observara que “no estamos atrapados en la ideología, al menos no yo”, es un reflejo de los cambios, pero también es una señal del toque personal de ese “al menos no yo” de muchas de sus ejecutorias de interés nacional e internacional.

En la miniserie sobre el historial que, a nuestro juicio, determina la génesis del actual grado de las relaciones cubano-estadounidenses, hemos hecho un paréntesis para referirnos, en las entregas VI y en la actual, a lo que advertíamos como trascendentales e inéditos momentos que ocurrían – y ocurrieron- en la VII Cumbre de las Américas.

Tras explicar los vínculos de Cuba con los presidentes estadounidenses del Partido Demócrata ( Kenneddy, Carter, excepto Johnson), ahora corresponde a Bill Clinton, que gobernó en el período enero de 1993- enero de 2001. Luego tocará exponer sobre Barack Obama.

Son diversos los puntos de flexibilidad de la Administración Clinton frente a Cuba. Sobre ello se informará más adelante. Ahora quiero compartir un testimonio sobre episodios de ese presidente demócrata y Gabriel García Márquez con relación a la Revolución cubana y al premio Nobel colombiano. Esto lo contó Clinton en Cartagena de Indias, en 2007, en ocasión de la celebración de 80 cumpleaños del autor de El otoño del patriarca. Siendo Presidente, organizó una cena con intelectuales, y confesó que García Márquez pasó gran parte de la noche intentando convencerlo de eliminar el bloqueo contra Cuba. Al escucharlo, sentí que rememoraba aquella anécdota con un dejo de impotencia y de nostalgia. Clinton también informó que su hija Chelsea aprendió español para poder leer Cien años de soledad en su lengua original.

Si en el seno familiar de los Clinton se daban esas declaraciones de amor por el Gabo, persona de la intimidad de Fidel, de los procesos de izquierda y progresistas de América Latina y el mundo, qué más se podía esperar. Claro, estaba presente la cortina de hierro de la Guerra Fría, de la cual el presidente Obama acaba de proclamar su cristiana sepultura.

 

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