El oro se está volviendo digital. La tecnología de blockchain podría contribuir a dar seguimiento a los aproximadamente US$200.000 millones del metal precioso extraído de minas lejanas, negociado por intermediarios y fundido por recicladores que se vende cada año a compradores del mundo entero.
La Asociación del Mercado de Oro de Londres (LBMA por la sigla en inglés), que supervisa el mercado de contado de oro más grande del mundo, buscará propuestas, incluido el uso de blockchain, para rastrear los orígenes del metal, en parte para contribuir a la prevención del lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y los minerales de zonas de conflicto, según Sakhila Mirza, miembro de la junta ejecutiva de la entidad.
“No puede ignorarse el blockchain”, dijo el pasado lunes en una entrevista Mirza, que también es la asesora letrada de la LBMA.
“Hay que entender cómo puede ayudarnos en la actualidad a abordar los riesgos que afectan al mercado de metales preciosos”, manifestó.
Los mercados de productos primarios, desde crudo hasta diamantes y tomates, evalúan el uso de la tecnología contable digital que respalda criptomonedas como el bitcoin –que algunos llaman “oro digital”- para rastrear la propiedad.
El seguimiento del oro es clave para evitar que el metal que financia conflictos armados ingrese a los mercados mundiales, identificar a los propietarios y mantener la seguridad desde la mina hasta la bóveda.
La LBMA ha fomentado los intentos de modernizar un sector que hasta hace pocos años se basaba en subastas telefónicas para fijar un precio de referencia clave para el mercado.
“Para nosotros la cuestión es saber de dónde procede el oro”, dijo Mirza.
La LBMA supervisa una lista de refinadores con autorización para abastecer al mercado de Londres. Su London Good Delivery List establece estándares mundiales para las barras grandes de oro y plata.
“Todo lo que llega a un refinador de la LBMA tiene que poder seguirse en la cadena de suministro, independientemente de si termina como lingote grande en una bóveda de Londres, en un lingote de un kilo enviado al Lejano Oriente o como moneda propiedad de un coleccionista”, dijo Sakhila Mirza.
“Ya se ha avanzado mucho, pero todo se basa demasiado en el papel. Ahora queremos formalizarlo por medio de una solución eficiente y posiblemente basada en la tecnología”.