Oscar de la Hoya leyenda mundial
Una máquina de producir dinero en las carteleras que vió acción en diferentes categorías del boxeo a nivel mundial

<STRONG>Oscar de la Hoya leyenda mundial<BR></STRONG>Una máquina de producir dinero en las carteleras que vió acción en diferentes categorías del boxeo a nivel mundial

El deporte mundial, en especial el boxeo profesional, tendrá un gran vacío en los próximos años, con el retiro del carismático púgil Oscar de la Hoya, quien durante su reinado en el ring se convirtió en uno de los atletas más carismáticos en el  mundo y una “máquina” de producir dólares.

Como la mayoría de los boxeadores, nació en una familia humilde de origen mexicana, que residían en Los Angeles, California, donde Oscar comenzó desde los cinco  años a demostrar su calidad  en el ring con una  personalidad para dominar a los seguidores del boxeo y a las damas, que siempre estuvieron presente en las ruedas de prensas y en las carteleras donde accionó. Su popularidad y  potencia en sus guantes le hizo el  púgil de mayor ingreso con 696 millones, el más alto en la historia del boxeo,  mediante el sistema PPV (pague para ver), en 19 carteleras, por títulos.

Por su carisma y  su calidad desde  pequeño  le llaman el Golden Boy (Niño dorado), pues es una máquina de producir dinero.

Con su cara de niño, con 19 años llegó a los Juegos Olímpicos, en Los Angeles, en 1992, donde ganó la medalla de oro y desde ahí comenzó la zafra para producir dólares.

De La Hoya se inició en el boxeo a los cinco años, siguiendo los pasos de su abuelo y padre. Se colgó el oro olímpico en 1992, honrando a su fallecida madre, Cecilia, quien dos años antes había fallecido por un cáncer de mama. Barcelona fue lo que lo catapultó a la fama al púgil.

Comenzó en el profesionalismo con un combate ante Lamar Williams el 23 de noviembre de 1992 en la  ciudad de Inglewood, imponiéndose por nocáut en el primer asalto. Su último combate fue su revés ante Pacquiao en Las Vegas el 6 de diciembre.

De la Hoya no le ganaba a un rival de cuidado desde hace años, y el martes le dijo a sus seguidores que decidió ponerle fin a su carrera porque no es justo para él y sus fanáticos seguir peleando si no puede competir al máximo nivel.

De la Hoya continuará ligado al boxeo como promotor con su compañía.  Su fuerza y garra ya no eran la misma del púgil dominador que venció a figuras como el estadounidense de origen mexicano Fernando Vargas, el nicaragüense Ricardo Mayorga y el legendario mexicano Julio César Chávez, entre otros.

Los triunfos deportivos, con 10 títulos mundiales en seis categorías diferentes de peso, le permitieron también ser el boxeador que más dinero ha ganado después de los estadounidenses Mike Tyson y Evander Holyfield.

Se habla de más de 300 millones de dólares, que también ha sabido invertir de manera brillante para convertirse en la actualidad en un gran hombre de negocios, que también triunfó en la promoción del boxeo y de otros deportes como el fútbol. De La Hoya es accionista en del equipo del Dynamo de Houston, bicampeón de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS).

«El boxeo ha sido el amor de mi vida, mi pasión y el deporte para el que nací», destacó De La Hoya. «Cuando ya no puedo hacerlo como me gusta, ni competir al nivel que deseo, no es justo seguir, al menos para mí y creo que tampoco para los aficionados, ni para nadie».

De La Hoya reconoció que no iba a esperar a defraudarse así mismo y a los aficionados, pero la decisión de retirarse no había sido nada fácil.

«Ahora entiendo por qué los atletas de élite tienen tanto reparo y les cuesta tanto retirarse cuando uno siente la pasión por el deporte que siempre piensas vas a poder practicar», explicó De La Hoya.

El ex campeón del mundo reiteró que no tenía ningún problema en seguir entrenando duro para las peleas y estar en una gran forma, pero también era consciente de que no podría competir al nivel de élite que siempre lo ha hecho.

«No es justo para mí subir al cuadrilátero y al final comprobar que no he podido dar lo mejor que llevo dentro en cuanto al concepto que tengo del deporte del boxeo», valoró De La Hoya, a quien sólo se le quebró la voz cuando le dio las gracias a su padre Joel, que estaba a su lado, junto con su esposa Millie.

De La Hoya recordó cómo desde los cinco años comenzó a ir al gimnasio de la mano de su padre para comenzar a boxear.

«Recuerdo cuando me llevaba al gimnasio y nunca me abandonó y siempre me motivó», subrayó De La Hoya. «Me han tocado vivir momentos duros dentro y fuera del cuadrilátero, pero mi padre siempre ha estado a mi lado para apoyarme”. Oscar de la Hoya, agradeció a su padre el triunfo en  el boxeo

Antecedentes

Una vida en el boxeo

Debutó como profesional el 23 de noviembre de 1992, ganándole por KO en 1 round a Lamar Williams. Acaparó la atención del público rápidamente. Su promoción era llamativa para ser un boxeador que daba sus primeros pasos en el profesionalismo. En 1993 registraba un récord de 11-0-(10KO). En ese momento, con tan escasa cantidad de peleas, le llegó la oportunidad de disputar un título del mundo.  El 5 de marzo de 1994 fue cuando Oscar se enfrentó al invicto campeón mundial Jimmy Bredahl, que ostentaba el Título Mundial Superpluma OMB (Organización Mundial De Boxeo). La pelea se desarrolló en el Olympic Auditorium, Los Angeles, California. En el primer round, De La Hoya derribó a Bredahl. Reiteradamente volvió a derribar al campeón en el segundo round. Después de dominar  la pelea.

Zoom

Una máquina

La cadena de televisión HBO, que transmitió 32 de los 39 combates profesionales que realizó De La Hoya, consiguió ingresos y beneficios millonarios, como nunca lo ha hecho con otro boxeador y menos en la categoría de un peso intermedio. «Su proyección como profesional no tiene comparación alguna y sin lugar a dudas ha sido un fenómeno único dentro y fuera del mundo del boxeo por comportarse”.

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