El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, ofició ayer una misa en ocasión de la Jornada Mundial de los Enfermos, y pidió a las autoridades de Salud ser humanitarias y atender con sensibilidad las demandas sanitarias de la población.
En su sermón, predicó la capacidad de asombro ante los quebrantados de salud y el sufrimiento de los demás. Para él, tener esa capacidad de asombro y el agradecimiento con los enfermos es una manera de amar al prójimo y cumplir el mandato bíblico.
El pastor católico lamenta que mucha gente solo se ocupe de las cosas supérfluas y materiales, sin ninguna sensibilidad social.
Por eso, criticó a los médicos y enfermeras que no prestan atención a los enfermos que acuden a los centros asistenciales.
“Cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser lugar privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente, para entender las obras grandes que Dios ha hecho por mí y por cada uno de nosotros”, meditó.
Según la directora del Servicio Metropolitano de Salud, Mirna Font, la vocación mueve al personal médico y las autoridades atienden con abnegación las urgencias sanitarias de la población.
Font también realzó los lazos estrechos que unen a las autoridades y la Pastoral de Salud de la Iglesia Católica.
Recordó que la Jornada Mundial de los Enfermos fue instituida en 1992 por el papa Juan Pablo II.
La unción sanadora. El arzobispo Ozoria ungió con aceite a enfermos que imploraban con fe y esperaban la unción sanadora.
Los ungidos incluyeron envejecientes, a los que monseñor Ozoria aplicó el óleo en forma de cruz en sus frentes y manos. Estaban sentados en fila, esperando el óleo milagroso.
El nuncio apostólico Jude Thaddeus Okolo, acompañó a monseñor Ozoria en el servicio religioso. En tanto, la coordinadora de la Pastoral de Salud, sor María Trinidad Ayala, agradeció la eucaristía, acto efectuado en la Catedral Primada de América.