El Índice Standard Poor’s 500 saltó por encima de 2.000 por primera vez en su historia, sumándose a un alza cuya velocidad se aproxima al período más fuerte de la burbuja de las puntocom en la década de 1990.
Los inversores que dominaban el índice cuando comenzó el alza el 9 de marzo de 2009 han tenido un aumento de precio de 195,5 por ciento, o 24,5 por ciento anual en promedio, de acuerdo con los datos que reunió Bloomberg.
Esto se compara con un alza de 236 por ciento, o 27,1 por ciento anual durante el lapso de igual cantidad de días que terminó el 24 de marzo de 2000.
Las similitudes con los aumentos de hace dos décadas impulsados por la tecnología se multiplican en tanto el mercado alcista se acerca a los tres años sin una caída del 10 por ciento o más.
En un aspecto, los dos períodos son distintos. La burbuja de las puntocom llegó a su pico máximo con el S&P 500 cotizándose cerca de treinta veces las utilidades anuales de sus compañías, mientras que la valuación ahora es de unas 19 veces, muestran los datos de S&P Dow Jones Indices.
“Si uno mira las valuaciones de entonces y las compara con las de ahora, es el día y la noche”, dijo Walter Todd, que administra alrededor de US$1.000 millones como director de inversiones de Greenwood Capital Associates LLC de Greenwood, Carolina del Sur.
“Esta vez, el movimiento que vemos es mucho más amplio. Eso implica que ahora tenemos circunstancias más sostenibles que entonces”, manifestó.
Operaciones y estímulo. El S&P 500 subió 0,07 por ciento a 2.001,95 antes de reducir sus alzas ante los indicios de más tomas de control de compañías y estímulo para la economía europea.
En lo que va del año, tuvo un aumento del 8 por ciento por las apuestas a que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) sostendrá la economía aun cuando esté dando señales de cobrar fuerza.
El S&P 500 tardó 16 años en llegar al hito de 2.000 después de alcanzar 1.000 el 2 de febrero de 1998.
Howard Silverblatt, analista de índices de S&P Dow Jones Indices de Nueva York, dijo que tiene guardada una botella de champán Dom Perignon para festejar la ocasión.
“Tenemos unas copas, la botella ha sido enfriada”, dijo Silverblatt, quien agregó que hace poco compró otra botella para cuando el S&P 500 llegue a 4.000.
“Los indicadores fundamentales y técnicos siguen siendo buenos. El efectivo está en su lugar. Las utilidades se sostienen”, expresó.
Este mercado alcista presenta aumentos generalizados en todo tipo de compañías, a diferencia de la burbuja tecnológica, en la cual los mejores desempeños se concentraban en las acciones de computación.
El Índice S&P 500 Equal Weight, que elimina los sesgos que se relacionan con el valor de mercado, subió un 28 por ciento anualizado desde 2009, casi el doble del retorno que en la segunda mitad de la burbuja de Internet.
Los especuladores bajan las apuestas alcistas al oro
Marvin G. Perez
Los inversores se están yendo del mercado del oro porque conjeturan que las señales de un crecimiento económico sostenido de los Estados Unidos colocarán a la Reserva Federal más cerca de elevar las tasas de interés, reduciendo la demanda de lingotes como protección contra la inflación.
Los fondos de cobertura redujeron sus apuestas alcistas al oro por tercera vez en cuatro semanas, y el volumen abierto de futuros y opciones de Nueva York está cerca del nivel más bajo en cinco años, muestran los datos del gobierno de los Estados Unidos.
Los precios bajaron 2% la semana pasada, más que nunca desde fines de mayo, eliminando US$1.200 millones del valor de los productos que cotizan en bolsa respaldados por lingotes. El oro cayó 4,9% desde el nivel más alto en 16 semanas de mediados de julio por los aumentos de las viviendas y la manufactura estadounidenses.
La presidente de la Reserva Federal Janet Yellen dijo el 22 de agosto que, si los progresos económicos “siguen siendo más rápidos de lo previsto”, el aumento de las tasas de interés podría producirse antes de lo que se piensa actualmente. El lingote cayó 28 por ciento el año pasado en tanto el banco central comenzó a reducir la compra de bonos.
“Los fanáticos del oro están en retirada y creemos que los precios seguirán una tendencia descendente de largo plazo”, dijo el 21 de agosto Chad Morganlander, gerente de cartera de Stifel, Nicolaus Co. de St. Louis, que administra unos US$160.000 millones. “En épocas tranquilas, cuando el péndulo parece estar mejorando o la economía mundial mejora y la corriente de noticias es buena, el oro pierde su atractivo de inmediato”.
Los futuros bajaron 6,6 por ciento en los últimos doce meses a US$1.280,20 la onza en Nueva York.
El Índice Bloomberg Commodity de 22 materias primas descendió 2,8 por ciento, mientras que el Índice MSCI All-Country World de acciones trepó 16 por ciento.
La posición larga neta en oro se redujo 13% a 116.916 contratos de futuros y opciones, muestran los datos de la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas (CFTC, por sus siglas en inglés).
Las posiciones cortas que apuestan a una caída dieron un salto del 17 por ciento a 24.442, mientras que las apuestas largas retrocedieron 8,5% a 141.358, la mayor caída desde marzo.
El número acumulado de contratos de futuros y opciones de oro que aún deben cerrarse, liquidarse o entregarse bajó 1,2 por ciento a 574.443 contratos el 19 de agosto, muestran los datos de la CFTC.
El volumen abierto llegó a 563.036 el 5 de agosto, la cantidad más pequeña desde septiembre de 2009.