Los países han sancionado casi 500 leyes para atacar el cambio climático, en tanto las economías emergentes, encabezadas por México y China, fueron las que más avanzaron el año pasado, según pudo constatar una investigación realizada por Globe International.
Un total de 62 sobre los 66 países analizados sancionaron o están elaborando leyes “significativas” relacionadas con el clima o la energía, dijo Globe en un informe. Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Canadá carecen de legislación “destacada”, según el grupo, una alianza de legisladores mundiales.
Avanzar en la promulgación de leyes es importante en la batalla para reducir los gases de efecto invernadero contaminantes ya que los países estudiados cubren 88 por ciento de las emisiones mundiales.
La acción local es crucial para poder lograr un acuerdo internacional en la lucha contra el calentamiento global dado que contribuye a generar confianza entre los países, dijo en una entrevista Caroline Spelman, legisladora del Reino Unido.
“Las negociaciones por el cambio climático quedaron empantanadas debido a las dificultades de que 194 países se pusieran de acuerdo”, dijo Spelman, ex secretaria de medio ambiente del Reino Unido. “Es necesario tener bastantes países que sancionen legislación nacional de manera de ganar cierto arrastre” para un acuerdo global.
Spelman participó en las discusiones sobre el clima de Naciones Unidas en Sudáfrica en 2011, cuando los países participantes acordaron diseñar un nuevo acuerdo global para 2015 que entraría en vigor a partir de 2020 e implicaría una acción por parte de todos los países.
China, México. Por segundo año consecutivo, Globe identificó a China y México como los países que más avances realizan a nivel local. China publicó un plan para poder adaptarse a los efectos del cambio climático, en tanto continúa preparando una ley sobre el clima, dijo Globe. México adoptó una estrategia nacional para el cambio climático.
China sigue siendo el mayor emisor del mundo y su producción de gases de efecto invernadero está aumentando. El país todavía no ha dicho cuándo alcanzarán su pico máximo las emisiones.
El tratado de Kyoto de 1997 fija límites solamente para los países desarrollados. Estados Unidos, el mayor emisor desarrollado, nunca lo ratificó, mientras que Japón, Canadá y Rusia lo abandonaron, de modo que quedó cubriendo menos del 15 por ciento de las emisiones globales. El nuevo pacto no será necesariamente un tratado, en tanto los países aceptaron en Durban concebir “un protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado que tenga fuerza legal”.
Esto deja abierta la posibilidad de un acuerdo basado en leyes nacionales. El enviado estadounidense Todd Stern dijo el año pasado que normas internacionales rígidas pueden llegar a frenar un convenio.
“Para que lo suscriban, debe ser más flexible que un tratado prescriptivo”, dijo Spelman. “Se está instalando cierto pragmatismo, sin dictar en forma precisa con qué metodología abordar el cambio climático”. Globe dijo que China y México figuraron entre los 19 países con “avances positivos” el año pasado. Otras ocho naciones sancionaron legislación “destacada”: Bolivia, El Salvador, Guatemala, Kenia, Micronesia, Mozambique, Nigeria y Suiza.