CONSULTORIO DE FAMILIA

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Palabras de Año Nuevo, Amor Amar

A amar se aprende amando.

Andar por senderos equívocos buscando amar es caminar por pasadizos inciertos que no conducirán a experimentar el bienestar de la alegría y la calma sentidos por el acto de entregarse y recibir.

Es imposible amar si no se ama a sí mismo. Quien se ama se cuida, acepta, valora, celebra su forma de ser. Se prepara a sí mismo para dar lo mejor de sí, sin considerar que necesariamente para amar se espera, primero, que le amen.

El amor es un acto voluntario y espontáneo que se nutre de las acciones bientratantes y cuidadoras del otro. Quien ama aprecia, reconoce y valora a quien escoge como objeto de amor.

Nadie obliga a amar, nadie recibe si no quiere. Es aquí donde se construye la espontaneidad. Amo porque sí, porque quiero, porque lo decido.

La persona que ama se nutre a sí misma del acto de amar. Se gratifica indirectamente por lo que hace y siente cuando ama.

Es por ello que el amor es una decisión. La persona ama porque considera que se nutre más por el acto de hacerlo que por lo que recibe. Se sobrepone al dolor, a la traición y al abandono.

Quien ama trasciende y se reinventa para justificarse y no renunciar a aquello que le genera bienestar emocional y espiritual.

El elixir que emana del amor cura y calma. La persona se siente embriagada, mira a través del velo de la realidad, valorando lo esencialmente importante para el otro, más que para sí mismo. Así se permite seguir amando aunque no reciba necesariamente lo que anhela.

Los  que aman muchas veces no se sienten comprendidos porque otros no entienden el placer que provoca el acto de amar.

Los que aman perdonan con mayor facilidad, retoman la vida con mayor rapidez, acogen la separación como un acto de fe en el amor que acepta.

Amar es una decisión que trasciende el sí mismo de la persona, porque va más allá de lo cotidiano y de la cruda y burda realidad.

Quien ama se sobrepone y se anima a seguir navegando por las aguas de la ilusión, la esperanza y la voluntad.

Quien ama se alegra más por dar que por recibir.

Quien ama, ama y no espera que lo amen como ama.

Amar es un don.

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