Palmeras, también para el interior

Palmeras, también para el interior

Las palmeras son hermosas y exóticas, pero lo mejor de ellas es que puedes incorporarlas en el interior de tu hogar. ¡Así es! Tener una palmera en el interior brinda un toque de exotismo a la casa y al salón.

La particularidad de sus hojas y su verde hace que se vuelvan un adorno muy bello y llamativo en la decoración ¡y puedes incluirlo en

cualquier estilo decorativo!
Poder lucir una palmera en algún ambiente de nuestra casa es muy elegante, pero de antemano debemos saber cuidarla para que su delicadeza permanezca buen tiempo como parte de la decoración.

Existen multitud de palmeras de interior que podemos cultivar en nuestro hogar, pero para poder conservarlas en perfectas condiciones, es necesario conocer los cuidados y el mantenimiento que necesitan. La mejor asesoría la consiguen con los dependientes de viveros.

Consejos para el cuidado de las palmeras de interior:

Humedad. Esta es una planta que necesita estar en un lugar fresco, pero no muy frío.

Utilice siempre compost (tierra negra para macetas) y recuerde revisar los drenajes para que no sobrepase los niveles de humedad. Asegúrese de que el compost esté siempre firme y compacto.

Riego. Riega tu palmera dos veces por semana y rocíala con agua usando un atomizador, diariamente y cuando la temperatura sea alta.

El riego de esta planta es muy necesario en épocas de primavera y verano. Claro, en nuestro país, donde hace calor todo el año, se debe tener el mismo sistema de riego siempre. Por otro lado, recuerda rociarla de vez en cuando y limpiar sus hojas usando una esponja. Jamás utilices abrillantador.

Aire. Mantén bien ventilado tu hogar. Ubica la palmera cerca de un ventilador o un humidificador, pues estas plantas tienden a desarrollarse mejor en la humedad.

Iluminación. La luz en espacios cerrados puede resultar escasa para las palmeras. Si no tienen una buena iluminación, no crecerán y las hojas perderán brillo. Lo mejor es acercarlas a una ventana y, a menos que sea estrictamente necesario, no cambiar de maceta.

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