Un envoltorio de gran tamaño tirado a orillas del mar Caribe en el Malecón, que se creyó era el cadáver de una persona, resultó ser un enorme perro muerto que algún desaprensivo dejó en el lugar.
Decenas de personas se aglomeraron alrededor del paquete, envuelto en una funda negra y encima plástico transparente, mientras conductores que se desplazaban por el Malecón y que se detenían a curiosear, formaron momentáneamente un gran tapón, frente al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
Miembros de la Policía custodiaban la envoltura, hasta que un agente de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), sin macararilla, sin guantes y con un machete que prestó un conductor, procedió a semiabrir el paquete, comprobándose que lo que estaba envuelto eran restos de un enorme can, que dejó ahí tirado.