Para conservar el lambí y su hábitat

Para conservar el lambí y su hábitat

POR DOMINGO ABREU COLLADO
La conservación de cualquier especie, animal o vegetal, no es posible sin la conservación del hábitat donde se desenvuelve. Para el caso del molusco comúnmente conocido como lambí, esta máxima conservacionista es totalmente válida también.

En la República Dominicana y en todo el Caribe se conocen como lambí a cuatro especies diferentes de moluscos (caracoles): el Strombus gigas, el Strombus raninus, el Strombus costatus y el Strombus gallus. De estas cuatro especies de lambí el más conocido es el Strombus gigas, tanto por su tamaño –mayor que los demás – como por ser la especie más buscada para el comercio de su carne.

El consumo del lambí no es un hábito de origen moderno, como resultaría el consumo de algas marinas o de otros organismos menos conocidos todavía. Nuestros aborígenes lo conocían con el nombre de cobo y lo consumían en gran cantidad, pudiendo decirse que es el único resto arqueológico alimenticio del que se formaron “montañas” en los lugares donde eran capturados, aparte de quedar en cada uno ellos una inconfundible huella aborigen en forma de agujero circular por donde le era extraída la carne.

La concha era utilizada con varios propósitos luego de extraída la carne: el caracol entero como instrumento sonoro y musical, habiendo llegado hasta nosotros con el nombre de “fotuto” (“botuto”, en Venezuela); la parte más gruesa (columela) como instrumento agrícola; y en pequeños fragmentos para la elaboración de objetos de adorno corporal e idolillos.

Es probable que su utilización haya descendido notablemente luego de la llegada de los españoles, quienes no lo conocían como recurso alimenticio, lo que permitió el crecimiento de sus poblaciones en todo el Caribe. Pero a medida que fue recuperándose de nuevo el hábito de su consumo, y más todavía, a medida que fue aumentando su demanda como plato turístico y según fue convirtiéndose en un recurso de exportación, las poblaciones de lambíes adultos han descendido alarmantemente, aunque debido a las particularidades de su ecología no se encuentra, como especie, en peligro de extinción. Sin embargo, su existencia como producto comercial si está en riesgo.

No obstante, esta situación especial de la ecología de lambí puede cambiar abruptamente si cambian las condiciones ecológicas de su hábitat afectado por las metodologías de captura (del lambí y de otros productos del mar) y por los cambios experimentados en el ambiente marino como consecuencia del cambio climático global.

El limpio ambiente del lambí

El lambí se encuentra generalmente en aguas limpias sobre suelos marino arenosos o de grava donde crecen pastos marinos y de algas. También puede encontrársele sobre hábitats rocosos y en el arrecife de coral.

Habitan estos caracoles en profundidades que llegan hasta los 100 metros. Sin embargo, los adultos se encuentran típicamente en profundidades que van de los 10 a los 30 metros. Es por eso que decimos que su sobrecaptura no afectaría sensiblemente, ecológicamente, su población, puesto que solamente los adultos se encuentran en zonas de explotación pesquera, los juveniles siguen en zonas más profundas, aunque en menos densidad por la falta de luz para el crecimiento de algas y plantas.

También llamado “caracol reina del Caribe”, el lambí tiene una longevidad de 20 a 30 años, alcanzando su madurez sexual cerca de los cinco años. Su reproducción ocurre generalmente durante los meses más calurosos. Su fertilización es interna y la cópula puede ocurrir algunas semanas antes del desove.

Las hembras del lambí (Strombus gigas) pueden desovar varias veces durante la época reproductora, produciendo más de cuatrocientos mil huevos cada vez. Pero además, según los estudios realizados la fecundidad del lambí aumenta con la edad, la que es medida en atención al crecimiento del labio exterior, la parte más gruesa.

Las larvas del lambí eclosionan entre cinco y seis días después del desove, y flotan en las corrientes de las capas superiores de las aguas durante las primeras semanas de vida. Luego descienden para comenzar su forma de vida bentónica.

El desarrollo de las larvas está muy sujeto a la temperatura y a la disponibilidad de fitoplancton. Es por eso que decimos que la supervivencia del lambí solamente estaría seriamente amenazada por el cambio climático, la desaparición la flora marina y la suciedad en el mar… y las tres cosas están ocurriendo.

El más capturado del mar

El lambí es la única especie del genero Strombus con un valor comercial significativo en toda la región del Caribe. En términos de volúmenes de desembarcos el lambí es la especie pesquera más importante de la Republica Dominicana.  Las mayores capturas de S. gigas se registran alrededor de Isla Beata, Parque Nacional Jaragua, en el  suroeste del país. Sin embargo, grandes cantidades no registradas son capturadas en el Banco de la Plata, en la zona norte del país.

Los principales métodos utilizados para la captura del lambí son la inmersión a pulmón y el buceo utilizando compreso, realizados ambos en llanos arrecifales y en praderas de hierbas marinas. Estas inmersiones se realizan desde embarcaciones cuyo tamaño va desde 10 a 20 pies, pero eso no significa que haya botes mayores con igualmente una mayor capacidad de captura.

Para 1990 se conocía la existencia de una flota de 62 embarcaciones (7-25 m de eslora), con un total de 247 yolas auxiliares dedicadas a la captura del lambí. En la actualidad debe ser mucho mayor. Se desconoce el número de pescadores y embarcaciones dedicadas a esa actividad.

El volumen de captura de lambí proveniente de la pesca ilegal se desconoce debido a los débiles mecanismos imperantes para el monitoreo, control y vigilancia de las operaciones de pesca, pero con cierta frecuencia los pescadores dominicanos son acusados de realizar pesca ilegal en aguas de las islas Turcos y Caicos, Las Bahamas y Jamaica, en donde, presumiblemente, capturan lambí, entre otras especies pesqueras.

Veda por la vida del lambí

El Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura hizo publicar el siguiente “Aviso de Veda” para limitar la captura y permitir la recuperación del lambí.

“El Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA), informa a todos los involucrados en la actividad pesquera que el próximo día 1ro. de julio, se inicia el período de veda de captura y comercialización de Lambí (Strombus gigas) en todo el territorio nacional, esta veda se extenderá hasta el 31 de octubre del presente año, según establece el decreto No. 833-03 de fecha 25 de agosto del año 2003 y la Ley 307-04 en sus artículos 54, 57, 58, 59, 61 y 62.

“La veda incluye la captura de los juveniles de Strombus gigas denominados Futay y Cotarrón, además de las especies Caracol fotuto (Charonia variegata), Pata de mulo (Cassis tuberosa), el Burgao (Cittarium pica) y Burgao Santa María (Astraea coleata). “Exhortamos a los propietarios y administradores de supermercados, hoteles, restaurantes, pescaderías y pescadores, abstenerse de comercializar este producto durante este período.

“Comunicamos por este medio, que se les concederá diez (10) días hábiles, a partir de esta publicación, para recibir las declaraciones de existencia en almacén de estos productos, la cual será verificada y certificada por el CODOPESCA.

“Dado en Santo Domingo, República Dominicana, a los diez y ocho (18) días del mes de junio del año dos mil siete (2007).”

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